Leyendas del Diluvio de las Américas Parte 3: Centroamérica y Sudamérica

por Nick Liguori abril 24, 2023
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Introducción

¿Puede usted confiar en Génesis, el primer libro de la Biblia? ¿Es verdad o está lleno de mitos y errores?

Estas son preguntas muy importantes para todos nosotros. Realmente, hay muchísimas líneas de evidencia que confirman el Génesis y la Biblia. La geología, la arqueología, la biología, la paleontología, y las investigaciones históricas confirman y no niegan Genesis. Todo esto nos muestra que podemos confiar en Dios, y que la Biblia es su Palabra. ¡Podemos construir nuestra vida sobre la Palabra de Dios!.

Un tipo de evidencia que confirma a Génesis se encuentra en las tradiciones históricas del diluvio, que están de acuerdo con Génesis. Estas acuerdan con Génesis no sólo en forma general, sino también en varios detalles. Estas tradiciones o leyendas provienen de las naciones y tribus de todo el mundo, y fueron preservadas oralmente, generación tras generación. A veces fueron escritas, si una nación o tribu poseía un sistema de escritura.

Por ejemplo, ¿sabe usted que los aztecas tuvieron una historia del diluvio muy semejante al diluvio de Génesis? También los mayas, los incas, los tainos de Cuba, los zapotecas, los guaranís, y muchas otras naciones. Yo no podía creer que tantas naciones poseyeran historias del diluvio, tan semejantes a Genesis, hasta que hice este estudio. Estas evidencias históricas sobre el diluvio de Noé, y el libro de Génesis, es en mi libro, Echoes of Ararat (Ecos de Ararat).

La verdad es que casi todas las naciones del mundo tienen tradiciones antiguas de este diluvio. No se refieren a una inundación local, sino al diluvio global de Noé. ¿Cómo sabemos eso? Porque ellos preservan detalles específicos como: 1) el hombre viejo que oyó a Dios y que fue advertido acerca del diluvio, 2) la construcción de un gran barco, 3) la maldad humana por la que Dios envió el diluvio, 3) que llevaron pares de animales en el barco, 5) que sólo unas pocas personas sobrevivieron, 6) que las aguas brotaron por debajo y levantaron el barco, 7) que cubrieron aun las montañas, 8) que todo ser humano fuera del barco se ahogó, 9) que el barco en una montaña alta, 10) que el hombre envió dos pájaros, primero un cuervo y luego una paloma, 11) que la paloma con una hoja en su pico, en señal de que las aguas estaban descendiendo, 12) que ellos salieron del barco y repoblaron el mundo, 13) que hubo el primer arcoíris, 14) que existió una Torre de Babel después, y otros detalles.

El resultado es que podemos ver que todas las naciones tuvieron noticias del diluvio de Noé. Pero, ¿cómo es posible? ¿Cómo pueden estas naciones conocer el diluvio?

Porque ocurrió. Es verdad. Y la humanidad no lo ha olvido completamente. ¡Dios realmente envió el diluvio global! Aun las rocas lo confirman. Él juzgó al mundo, pero mostró su amor al rescatar a Noé y su familia, dentro del arca. Así Él proveyó un futuro para ellos y para nosotros.

Ahora bien, vamos a explorar las tradiciones y leyendas del diluvio de México, Centroamérica, y Sudamérica. ¡Hay más de 170 de ellas en todos estos lugares!.1

México

Aztec Painting from Codex Vaticanus

Pintura azteca del Códice Vaticano 3738 representa un diluvio y una pareja a salvo dentro del tronco de un árbol. Copiado por un sacerdote dominico c. 1550 utilizando papel transparente

Todas las grandes civilizaciones de México sabían acerca del diluvio. Los toltecas poseían pinturas y tradiciones históricas que hablaban de un diluvio antiguo, ellos decían que este diluvio ocurrió 1716 años después de la creación del mundo. Sólo unas pocas personas escaparon del diluvio, flotando dentro de un “tolipetlacali” es decir, un recipiente cerrado. Después del diluvio, dijeron que “los hombres se multiplicaron e hicieron un zacuali cual pudieran refugiarse para cuando el segundo mundo fuera destruido. Con el tiempo los idiomas cambiaron y no se podían entender el uno al otro, entonces las personas se desplazaron a diferentes partes del mundo”.

Los toltecas dijeron que llegaron a México 520 años después del diluvio.2

Aztec Painting from Codex Vaticanus

Pictografía Antigua Mexicana, del Códice Vaticanus 3733. Representa a Eva, la Serpiente, Caín y Abel

Los aztecas también tuvieron pinturas antiguas y precolombinas que representan el diluvio. Éstas muestran a un hombre y una mujer flotando a salvo dentro de un árbol hueco, mientras el mundo era destruido por el agua. No solo recordaron el diluvio, sino también en otro manuscrito pictográfico vemos a una mujer hablando con una serpiente y dos niños detrás de la serpiente.3 Vemos a los niños peleando. Esto nos recuerda a Caín y Abel. La literatura y las tradiciones de México confirman esta interpretación. En cuanto a la mujer, el erudito Humboldt añade que ella es Cihuacohuatl, la “mujer de nuestra carne” y la “mujer serpiente”. Ella es considerada la madre de la raza humana y “siempre se representa con una gran serpiente”. Ella se considera la madre de dos hijos gemelos, que se muestran aquí. También es indicado que ella “cayó de su estado anterior de felicidad e inocencia”.4 ¿No lo hemos leído en Génesis?

Yo puedo añadir que muchas otras tribus y naciones de las Américas tienen tradiciones parecidas sobre Eva y sus hijos Caín y Abel.

“Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra”. (Génesis 8:11)

Otras culturas del territorio de México tuvieron pinturas antiguas y precolombinas que muestran una memoria del diluvio. Entre ellas están los mixtecos, tlascaltecas, zapotecas y michoacanos.5

Cuando los primeros españoles vinieron a México, los michoacanos les contaron su relato del diluvio, en que un hombre llamado Tezpi (que es Noé) “se embarcó en un espacioso con su esposa, sus hijos, varios animales y granos, para conservar la vida de la humanidad”. Después de que el dios Tezcatlipoca hizo bajar las aguas, el hombre Tezpi envió de su barca un buitre”. Este pájaro no le volvió a él, ya que encontró muchos cadáveres para comer. Luego, “Tezpi envió otras aves, de las cuales regresó sólo una, el colibrí. Éste trajo en su pico una rama cubierta de hojas”. El hombre, al ver que la vegetación estaba creciendo de nuevo en la tierra, dejó su embarcación “cerca de la montaña de Colhuacán”.6 ¿No hemos leído esto en Génesis?

“Entre 120 tribus diferentes que he visitado en América del Norte, del Sur y Central, no existe una tribu que no me haya relatado tradiciones distintas o vagas de tal calamidad, en la que una, o tres, u ocho personas fueron salvadas de las aguas, en la cima de una montaña alta”. (George Catlin, explorador y pintor, 1867)

Los zapotecas, que tenían un poderoso imperio en el sur de México, decían que el diluvio acabó con los primeros habitantes del mundo, que fueron gigantes, según los zapotecas. Esto sucedió porque “Dios estaba enojado con ellos por su idolatría”. “Varias personas lograron escapar en un bote. Ellos se encontraron en lo alto de un cerro cuando las aguas bajaron”.7

Los coras son una tribu de las montañas en el estado de Nayarit, y muy apartado de otros pueblos. Ellos dicen que, después del diluvio, “Dios le dijo al zopilote [buitre] que fuera a ver si la tierra estaba seca para bajar de la canoa. Pero el zopilote no volvió porque se quedó comiéndose los cadáveres”. Entonces, Dios “mandó a la paloma para ver si el mundo ya estaba bueno. Entonces la paloma fue y vio que el mundo era bueno”.8

Los tzeltales de Chiapas han preservado una tradición de que “Dios se enojó mucho y envió el diluvio. Un hombre inteligente se salvó en una canoa”. También tienen un recuerdo de las aves que envió Noé, en que dicen: “entonces envió Dios al halcón, que cumplió su misión”.9 La tribu paipai de Baja California, tenía un vago recuerdo de la torre de Babel y la confusión de lenguas que ocurrió allí. Los opatas según un antiguo manuscrito dijeron que “unos cuantos niños, varones y hembras, fueron metidos dentro de un tronco hueco en forma de tambor, en el que fueron salvados. De estos niños proviene la humanidad”.10

“Todos los escritores de historias bárbaras se refieren a este diluvio, y a esta arca.” (Flavio Josefo, ca. A.D. 90)

Según los lacandones una tribu aislada en la selva del sureste de México, un dios instruyó a su yerno “que construyera una barca, en la cual llevar un hombre y una mujer de cada linaje, y muestras de toda clase de animales y semillas de todos los árboles y plantas del bosque”. Esto es una memoria del cuidado que Dio tuvo para preservar vida para los seres humanos y toda la creación. “Entonces empezó a llover sin parar. Fue un diluvio. … Toda la humanidad pereció, excepto los que estaban en la barca”.11

La pirámide de Cholula, que Humboldt llamó “la más grande, la más antigua y la más célebre de todos los monumentos piramidales de Anáhuac [México]”, no fue diseñada originalmente para la adoración de Quetzalcóatl, un demonio también llamado “la serpiente de plumas verdes” y “el dios del aire”. Esta pirámide era un memorial de la alta montaña del diluvio. Ella representa la montaña de Ararat. La antigua tradición que se conservó en Cholula es que el diluvio sucedió “4800 años después de la creación del mundo” y que sólo siete personas, que eran gigantes, sobrevivieron refugiándose en una cueva en lo alto de una alta montaña. Se dice que su capitán, llamado Xelhua, construyó más tarde una gran pirámide, "cuya parte superior debía alcanzar las nubes”. Sin embargo, "los dioses contemplaron con ira este edificio”. Irritados por el atrevido intento de Xelhua, le tiraron fuego a la pirámide. Muchos de los trabajadores perecieron [y] el trabajo se suspendió”. Esto es claramente un recuerdo de la torre de Babel. Humboldt da otra evidencia también, confirmando la autenticidad de esta tradición, que se puede encontrar en Echoes of Ararat.12

Echoes of Ararat

Véase el libro Echoes of Ararat para más información sobre este tema

El tiempo nos faltaría si contamos las otras tradiciones mexicanas del diluvio, incluyendo a los mayas, los tarahumaras, los tlapanecos, los tepehuas, los chontales y muchas otras tribus. En resumen, se puede decir con confianza que todas las tribus de México sabían del diluvio de Noé.

América Central y Las Islas del Caribe

Tradiciones históricas del diluvio se han encontrado entre 170 tribus de México, Centroamérica, y Sudamérica

Más al sur, todas las naciones de Centroamérica han preservado tradiciones del diluvio. El Popol Vuh, del pueblo quiché (un pueblo maya) contiene una memoria del diluvio. Este libro dice que los primeros habitantes del mundo fueron destruidos por un “gran diluvio” porque “ya no se acordaban del Corazón del Cielo”. “Ya no pensaban en su Creador ni en su hacedor… Y por eso fueron muertos, fueron inundados. Una pesada resina cayó del cielo”. El pueblo achi de Guatemala, otro grupo maya, les dijo a los primeros colonos españoles que tenían pintado este diluvio en sus antigüedades.13

El Popol Vuh también describe una época en que todas las naciones hablaban en el mismo idioma. Ellos se reunían en un lugar llamado Tulan, que representa a Babel. De este Tulan, se dice que “fue allí donde se cambiaron las lenguas de las naciones”. “Sus idiomas llegaron a ser diferentes. Ya no se entendían los unos a los otros después de partir de Tulán. Así que se separaron”.14

Un anciano de los jacaltecos contó que, “en la cultura antigua, nuestros ancestros mayas hablaron de un gran diluvio que cubrió y destruyó el mundo”. “Entonces las aguas subieron, subieron y subieron, inundando todos los montes y los collados más altos, y matando todo lo que tenía vida sobre la tierra. Sólo era una casa que flotaba sobre las aguas, que guardaba todas las especies de animales. Por mucho tiempo las aguas cubrieron la tierra. Luego, muy lentamente las aguas bajaban, y bajaban, y bajaban, hasta que la tierra quedó nuevamente libre de aquellas aguas turbulentas y destructivas”. La nación jacalteca también conservó el recuerdo del envío de los dos pájaros por el hombre viejo. Ellos sustituyen un buitre por el cuervo de Noé, y un zanate por la paloma. Este último “fue enviado a observar el horizonte. Como el nivel del agua aún estaba alto, el zanate pronto regresó para informarle que había completado su misión”. El hombre no podía salir hasta más tarde.15 En todo esto oímos los ecos de Ararat.

Los mayas más al sur del área de Honduras dijeron que hace mucho tiempo la gente “poseía un cofre mágico”, que contenía una provisión ilimitada de todo lo que necesitaban. Sin embargo, “a causa de esto se olvidaron de adorar a Dios. Dios mandó un diluvio para destruirlos”. Todos se ahogaron.16 Según la tribu pipil las primeras personas “indignaron al creador ” así que “se desató sobre ellos una lluvia agresiva”. Todos murieron excepto dos personas, que luego la tierra.17

Los guatusos una tribu aislada de Costa Rica, decían que “en la antigüedad, cuando los dioses mandaron la catástrofe”, ésta ocurrió porque la gente provocaba al cielo con su inmoralidad sexual. Luego dice que los animales del bosque se acercaron a ellos. Los animales le hablaron a la gente, advirtiéndole que la destrucción se acercaba. El perezoso vino y habló primero, luego el tapir, y luego el jaguar. Todos estos le advirtieron a la gente embargo ellos no hicieron caso. Finalmente los dioses enviaron el diluvio, y “después de poco tiempo el mundo fue anegado”. “Todos murieron en el agua”. “El pueblo fue aniquilado, a excepción de un hombre justo, que fue sacado del agua” por orden de uno de los dioses.18

Los indígenas de Panamá le contaron a los primeros españoles (el manuscrito es muy antiguo) que “cuando ocurrió el Diluvio, un hombre se escapó en una canoa, con su mujer y sus hijos. De él se multiplicaron los pueblos del mundo”.19 Un registro de una entrevista en 1528 también muestra que los indígenas de Nicaragua tuvieron noticias del diluvio antiguo.20 Los kunas y guaimíes hablan del castigo que mandó Dios, en que “todo el mal del mundo fue lavado por el diluvio”. Añaden que Dios “destruyó al mundo con agua y mató a todo el pueblo”, pero Dios mismo (por su misericordia) tuvo cuidado en “preservar la simiente del hombre” para el futuro.21

En cuanto a los cabécares, vemos que este pueblo ha mezclado los recuerdos del jardín del Edén y del diluvio. Muchas tribus han hecho lo mismo. Los cabécares hablaron de un árbol mágico y de una mujer que fue mordida por una serpiente. También hablaron de una prueba de un dios llamado Sibu para ver si la gente le obedecería. En cuanto al diluvio, dijeron que Sibu “vio que todos los habitantes de la tierra se portaban muy mal, que se olvidaban y negaban que él era quien los había creado”. Así que envió el diluvio. “La mayoría de la gente había muerto, habiéndose ahogado en el castigo”. Pero otros que "guardaron los mandamientos" de Sibu recibieron ayuda y se les permitió construir una enorme balsa, con la que sobrevivieron al diluvio y esperaron hasta que las aguas se calmaron.22

Tenemos otros relatos sobre el diluvio de Centroamérica. Los chocos contaron que hace mucho tiempo, “el mundo fue cambiado” por el diluvio. Un hombre que habló con Dios “advirtió a los chocos que se salvaran en balsas de madera”, y que “el mundo se iba a ahogar por el levantamiento de las aguas”. Sin embargo, “la gente no le creyó”. Pero este hombre prudente preparó balsas debajo de su casa, de modo que cuando vino el diluvio, “la casa del hombre fue llevada sobre las aguas, flotando como una balsa”.23

No se puede desechar la abundante evidencia del diluvio que encontramos en todas estas tradiciones. La única explicación que funciona es que el diluvio realmente ocurrió, tal como está escrito en Génesis.

Las tribus indígenas de las Islas del Caribe también tienen sus tradiciones acerca del diluvio, registradas en 1493 por los compañeros de Colón. “El Maestro de los Espíritus”, dijeron los caribes, “se enojó con los caribes de ese tiempo que eran muy malvados”. Entonces envió el diluvio, del cual sólo unos pocos lograron sobrevivir. También tienen un recuerdo de la serpiente que habitó en un gran árbol.24

Los tainos de Cuba, Juan de Torquemada escribió: “Los hombres viejos, de más de 70 y 80 años, en los días cuando nuestro pueblo [él se refiere a los españoles] llegaron por primera vez a aquella isla nos contaron de un hombre anciano que sabía que vendría el diluvio, así que él hizo una gran barca. Colocó en su interior muchos animales, junto con su familia. Envió un cuervo que no volvió puesto que comió de los cadáveres que flotaban. Luego envió una paloma que volvió cantando y trayendo una ramita con una hoja”.25

Sudamérica

“Cuando las grandes aguas estaban por ser enviadas, había un jefe llamado Marerewana, destacado por su rectitud y sabiduría. Él fue advertido del diluvio que iba a venir. Él logró salvarse mismo y a su familia, en una gran canoa.” (William Brett)

Ahora llegamos a Sudamérica. Aquí también encontramos por todos lados evidencia histórica del diluvio. Primero los kágabas de Colombia contaron que hace mucho tiempo, “este mundo produjo hombres con inclinaciones contra la naturaleza” tan perversas que “el dios Zantana vio esto y abrió las puertas del cielo, para que lloviera durante cuatro años enteros”. Luego, el jefe Seizankua construyó un bote mágico y puso todo tipo de animales y otras cosas adentro: animales de cuatro patas, pájaros y todo tipo de plantas. Entonces el hermano mayor Mulkueikai ingresó al bote mágico y cerró la puerta. Luego comenzó la lluvia con aguas de colores rojo y verde. Llovió durante cuatro años” y por fin la barca mágica se detuvo “en la cima de la Sierra Negra”.26

Cuentan los arahuacos de Guayana que “cuando las grandes aguas estaban por enviarse, un cacique destacado por su piedad y sabiduría cuyo nombre era Marerewana, fue informado del diluvio venidero. Él se salvó mismo y a su familia en una gran canoa”.27 Los catíos dijeron que el Dios supremo que es un “Dios de justicia”, y el Creador de todas las cosas, envió el diluvio en juicio por la mala conducta del hombre. También recordaron la "Gran Canoa" de Noé.28

"El Dios del universo", dijeron los wounaan de Colombia, "se comunicó con su creación a través de sueños y visiones". El mensaje que pronunció fue: "Viene un gran diluvio. El mundo se hundirá bajo una inundación. Pongan vigas de balsa debajo de sus casas para que puedan flotar y sobrevivir a la inundación". Todo sucedió como se le había advertido a la gente. La gente buena sobrevivió al diluvio y la gente mala fue barrida.29 “El mundo entero estaba cubierto de agua”, dijo la tribu patángoras que vive en las montañas de Colombia. “Las aguas habían ahogado a la gente de ese tiempo. Ni hombres ni mujeres escaparon, a excepción de un hombre”.30

“Había un chamán que vivía cuando el mundo se inundó”, dijeron los ashaninkas de Perú. “Una noche tuvo un sueño en el que le advirtieron que vendría un diluvio, y que debía construir una gran balsa con una casa encima”. Entonces él dio instrucciones a sus nietos para cortar madera, hacer clavos y construir la balsa. “Cuando el chamán vio que todo estaba completo, vio que venía un tapir para subirse a la balsa. También vio venir todo tipo de animales”. Les dijo a sus nietos que alimentos en la balsa. Algunos de sus nietos, que se estaban divirtiendo se burlaron y dijeron: “Mira a nuestro abuelo. ¿De dónde vendrá este diluvio que va a llenar la tierra?” Entonces el anciano dijo: “No me llamen mentiroso. Así me lo advirtieron en un sueño el otro día. Ustedes mismos han visto venir los animales a la balsa. Vengan ustedes también. Poco después, “cayó una fuerte lluvia y comenzó a llenar la tierra de agua. … La balsa estaba flotando más y más alto sobre las aguas”. Después de mucho tiempo y muchas dificultades, “cuando la tierra se secó por la inundación, los hijos del chamán se dispersaron en todas las direcciones. Luego se casaron entre ellos, porque no había otras mujeres. Entonces la gente se multiplicó a los números que tenemos hoy. Si no fuera por ese chamán, hoy no existiríamos”.31 Es a Noé a quien los ashaninkas se refieren.

La tradición que los achaguas han transmitido durante miles de años es que “hace mucho tiempo se inundó el mundo con una tormenta muy fuerte que cubrió la tierra y todo pereció. Pero uno de nuestros abuelos antiguos [así se refieren a Noé], viendo que el mundo se estaba inundando, subió a una montaña muy alta con su familia para escapar con vida”.32 Las tribus girara y airico cerca del borde entre Colombia y Venezuela dijeron que el dios mayor “creó todo de la nada, y que destruyó a todas las personas con un diluvio en castigo por sus pecados”.33

Las tribus a lo largo del gran río Orinoco en Venezuela han conservado la memoria de que “en el tiempo de las grandes aguas, cuando sus padres se vieron obligados a recurrir a las barcas, para escapar de la extensiva inundación, las olas del mar golpeaban contra las rocas de Encaramada”. Dicen que después de refugiarse en sus barcas, “un hombre y una mujer se salvaron en un monte alto llamado Tamanacu”, y que después del diluvio echaron frutos de palma detrás de ellos. Estos frutos produjeron hombres y mujeres, que repoblaron el mundo”. Esta tradición no se limita a los tamanacos, sino que “forma parte de un sistema de tradición histórica del cual encontramos ideas dispersas entre los maypures, que viven cerca de las grandes cataratas; también entre los indios del río, que desemboca en el Caura; y entre casi todas las tribus del Alto Orinoco”. “Hay figuras jeroglíficas a grandes alturas en acantilados pedregosos”, añadió Humboldt, que recuerdan este diluvio y cómo los sobrevivientes repoblaron la tierra.34 Entre estas tribus del interior de Venezuela a mediados de los años 1700 fue encontrada una leyenda sobre el origen de la mujer que difiere muy poco del registro en el libro de Génesis”.35 Los piaroas, guajiros y otras tribus tienen tradiciones de la maldad de la humanidad por la que Dios envió el diluvio. Algunos de ellos aún recuerdan los pájaros de Noé.

En Venezuela, imágenes jeroglíficas representando el diluvio y los sobrevivientes que repoblaron la tierra, están gravadas en acantilados rocosos muy altos.

Los wapishanas, tarumas y varias otras tribus tenían una tradición que mezcla los recuerdos del diluvio y del jardín del Edén. También dijeron que los mares “se reventaron ocasionando un diluvio colosal, que poco a poco subió y cubrió la faz de toda la tierra excepto Serriri, una montaña de tres picos”. También hablaron de un bote improvisado que unos pocos “usaron como una canoa y flotaron hasta la cima de la montaña”, como el arca de Noé que se detuvo en las montañas de Ararat. Ellos añaden, “después de veinte días, las aguas comenzaron a descender”.36 El pueblo yukpa de Venezuela también tiene recuerdo de la torre de Babel, adicional a lo del diluvio.37

Machu Picchu, Peru

Machu Picchu, Peru

Los incas una nación muy poderosa del Nuevo Mundo, tenían una tradición bien conocida del diluvio, que está de acuerdo con Génesis en muchos detalles. Una diferencia es que sustituye la “Cueva de Pacaritambo” por el arca de Noé, esta cueva se dice estar en lo alto de una montaña, decían que era bien sellada de modo que el agua no podía entrar (tal como Noé selló el arca con la savia de un tipo de árbol). También sustituyen unos perros por el cuervo y la paloma de Noé. En el primer envío los perros regresaron mojados y no sucios como de lodo indicando que las aguas aún no habían bajado. Así que los hombres sabían que aún no podían salir. Después, enviaron otros perros y cuando regresaron embarrados y no mojados entendieron que el Diluvio había cesado, entonces podían salir.”38

Una tribu de las montañas de Perú les dijo a los primeros colonos españoles que “toda la humanidad pereció en el diluvio, excepto seis personas que se salvaron en una barca, y luego repoblaron el país”.39 Los guaranís contaron que se desató un diluvio contra ellos, pero el pueblo sabio, “actuando en obediencia a una palabra del verdadero dios Tunpacte consiguieron una hoja grande de mate a la que llamaban Choguao. Pusieron sobre a dos niños pequeños, un niño y una niña de la misma mujer y los dejaron flotar en la hoja sobre la superficie de las aguas. La lluvia seguía cayendo con toda su fuerza, y las aguas seguían subiendo sobre la tierra, llegando a grandes alturas”. Todos los demás se ahogaron, excepto los dos niños. También sustituyen una rana en vez de la paloma de Noé.40 Y hay muchas otras tradiciones del diluvio global encontradas en esta parte del mundo.

“Toda la humanidad pereció en el diluvio, excepto seis personas que se salvaron en una barca, y luego repoblaron el país. (Tradición peruana del diluvio)

Ya en Brasil, los wajapis y las guayanas dieron el siguiente relato: “Hace mucho tiempo, los antiguos no creían lo que Dios decía sobre el diluvio que iba a venir; al contrario, creían que Dios estaba mintiendo y que el diluvio no iba a suceder. Aun así, algunos de los antiguos creían lo que Dios decía. Entonces, Dios hizo una gran canoa, tan grande como un barco para la gente que creyó en él. Así los hombres buenos podrían quedarse dentro de esta gran canoa para no morir en la inundación. Esto no fue solo para esas personas, sino también para los animales: pájaros grandes y pequeños, serpientes y otros animales. Dios los colocó en la gran canoa. Los antiguos que no le creyeron a Dios, todos ellos murieron en las aguas del diluvio, porque no creyeron lo que Dios había dicho acerca del diluvio”. Después del diluvio, la tierra se secó lentamente. Por fin, “Dios soltó al buitre para que fuera a buscar a la gente, para ver si habían muerto o vivían”. ¿Acaso completo su misión el buitre? No. “Se fue y se comió a los muertos”.41 El pueblo Trío de Surinam tiene un relato del diluvio que está de acuerdo con Génesis en varios puntos, y del cual encontramos relatos similares en otras partes de Sudamérica. Insistían en que el diluvio global se desató porque las personas eran sexualmente promiscuas y porque chismeaban, mentían, maldecían y asesinaban.42

Antes que el diluvio llegara, había un hombre de gran conocimiento, a quien llamaban el Paye o Tamanduara. Él previó el diluvio que venía. Dios le había designado un árbol en una montaña alta, donde él pudo escapar, junto con su familia. (Tradición tupinamba del diluvio, registrada por Simam de Vasconcellos, ca. 1660s)

La tribu ticuna de Brazil dijeron que un hombre fue advertido del diluvio que vendría, y recibió instrucciones de tener lista una gran canoa para salvarse a sí mismo y a su familia en la hora del diluvio. Sucedió que “las aguas calientes brotaron de la tierra e inundaron toda la superficie. El indígena y su familia se embarcaron en la canoa”, y las aguas los llevaban más y más alto. “Finalmente descansaron en el monte Vaipi, donde permanecieron hasta que las aguas bajaron. Luego ellos abandonaron la canoa en la montaña”.43

Asimismo los tupinambas relataron su tradición a los primeros colonizadores portugueses. “Antes de que llegó el diluvio, había un hombre de gran conocimiento, a quien llamaban el Paye”. Este Paye o Tamanduara era un hombre piadoso. Él previó el diluvio que venía y escapó de la calamidad junto con su familia.44 Los jurunas que viven en una parte bien adentrada en el Amazona, recuerdan a Noé con el nombre Sinaá. “Sinaá avisó a su pueblo que el agua de los ríos iba a subir y cubrir los bosques, los campos y los cerros. Decía: ‘La lluvia no va a terminar hasta que todo esté lleno y cubierto de agua. Necesitamos hacer una gran canoa para sobrevivir. Sinaá hizo la canoa, una gran canoa, en la cual cabía mucha gente”. Llevó en la barca muchas plantas y comidas también. “Las aguas seguían subiendo más y más alto. Los ríos se desbordaron y cubrieron los bosques. Solo la cima de las montañas permaneció sobre el agua. Todo era agua”. ¿Y qué sucedió después del diluvio? Los tupinambas se acordaban de Babel, porque añadieron, “Sinaá le dio a cada grupo que se marchaba un idioma diferente”.45

Los bacairis de Mato Grosso recuerdan al profeta que fue advertido del diluvio, y la construcción de una “gran canoa tan alta como una casa”. Recuerdan que escaparon este hombre, su esposa, y sus hijos, mientras que los que no creían se ahogaron. Dicen, “después de un año el mar bajó”. Esto no está muy lejos de la duración del diluvio bíblico.46 Según los yanomamis, “los animales murieron e incluso las altas montañas estaban bajo el agua”.47 Y los xavantes de Mato Grosso nos dicen, “casi toda la humanidad fue destruida por una inundación porque la gente era necia y no dejaba de hacer el mal”.48 “!Brotó un torrente de agua! Un diluvio que cubrió todo el mundo”, dijeron los krahós del noreste de Brasil.49

Los apinajes tienen una tradición de diluvio muy semejante al texto de Génesis, Brasil hay muchas otras tradiciones acerca de diluvio.

Más al sur del continente, las tribus de Argentina, Paraguay, Uruguay, y Chile, todos dan testimonio sobre el diluvio. Los tehuelches de Chile afirmaron que “en la antigüedad, la gente actuaba con mucha maldad. El dios del sol envió lluvias torrenciales y sin cesar, los manantiales se abrieron y el océano se desbordó. Toda la humanidad y todos los animales fueron barridos”. Entonces, “el dios del sol envió un halcón carancho para ver si el agua había bajado. Pero el carancho no pudo regresar porque se había hartado de carne”. ¿Eso le suena familiar a usted? Entonces el dios del sol envió a la paloma. Ella volvió con hojas de hierba en el pico, una señal de que había encontrado tierra seca”.50

Según los mbayas de Paraguay, “Cuando vino la inundación, el hombre Tupa entró en una barca con su familia”. Ellos ascendieron a los cielos con el agua.51 Los mocovís recuerdan también el arca de Noé que fue llamada “Nehcotá”, y en vez de la paloma de Noé ponen un buitre.52

En Paraguay la tradición contada por los ancianos de la tribu chamacoca era: Antiguamente nuestros antepasados los eshiporios vivían en paz y sólo comían frutas, raíces y miel, no comían carne ni mataban nada. Pero un día, los eshiporios cometieron un crimen; mataron a la gran criatura Mbusu, y comieron su carne. El gran dios Tatu Cornudo en su ira, envió el diluvio, llamado “Amormalata,” eso es, el diluvio global. Llovió sin cesar día y noche”. Las aguas cubrieron todo. Todo ser humano se ahogó, con excepción de un solo hombre y su esposa. Éste “construyó una gran casa y junto a su esposa, luchó contra las aguas tormentosas, rescatando a los animales que luchaban por sobrevivir las olas. La tormenta cesó y las aguas comenzaron a retroceder. Pronto, las aguas bajaron y la montaña se hizo visible”.53 Es la montaña de Ararat a la que se refieren.

El pueblo ayoreo de Paraguay dice que un hombre previó el diluvio y se refugió en su casa. Esta casa “flotaba lentamente sobre el agua. ... Toda la gente a su alrededor se ahogó”.54 La tribu puelche que es de Argentina contaban: “Después del diluvio que cubrió toda la tierra excepto la Sierra de la Ventana, la gente salió de las cuevas en las montañas y así repoblaron el mundo”.55 Vemos que, como los incas, ellos sustituyen unas cuevas por el arca de Noé.

Los mundurucus, vilelas y otras tribus tienen sus relatos del diluvio también. Aun más al sur del continente, los pueblos indígenas de la Tierra del Fuego conservaron las noticias del diluvio. Estos están documentados en el libro, Echoes of Ararat.

Conclusión

Ahora bien, hemos visto muchísimas evidencias del diluvio de Noé trasmitidas por las tribus de Centroamérica y Sudamérica. Es lo mismo que encontramos entre las tribus de Norteamérica, y todas las regiones del mundo. Es evidente que ellos se refieren al diluvio de Noé, descrito en Génesis.

Entonces, tenemos que explicar toda esta evidencia, porque tiene muchas implicaciones para nosotros. Estas tradiciones de nuestros antepasados son muy similares a Génesis. ¿Es solamente por casualidad que se parecen a Génesis? ¿Son los misioneros los culpables de todo esto? Pero en ese caso, tendría que viajar en una máquina de tiempo, al pasado, para colocar evidencia que confirma la Biblia. Estas tradiciones históricas son anteriores a la llegada de los españoles y otros europeos. Ellas confirman el diluvio de Génesis. Y no hemos mencionado nada del resto del mundo y la evidencia que hay allí también.

La verdad es que sólo hay una explicación valida. Es que el diluvio en Génesis es verdadero. No es mito. ¡Podemos confiar en la Biblia! ¡Desde la primera página!

Esto es muy importante para nosotros, puesto que en la misma manera que Dios, por su amor, rescató a Noé y su familia del diluvio por medio del arca, también Jesús Cristo es nuestra arca de salvación. Él nos amó y entregó su vida por nosotros, para rescatarnos del juicio que merecemos por nuestros pecados. Él es justo y también misericordioso. Él nos protege y nos llevará a la montaña que es la vida eterna. No el monte de Ararat, sino al de Sión (Hebreos 12:22-24).

Referencias y Notas

  1. En mis otros artículos (en inglés), hemos explorado las leyendas del diluvio de los Estados Unidos y de Canadá.
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  3. El Códice Vaticanus 3733
  4. Alexander de Humboldt, Researches Concerning the Institutions & Monuments of the Ancient Inhabitants of America, trans. Helen Maria Williams, vol. 1 (London: Longman, 1814), pp. 195-196.
  5. Ibid., pp. 64-65.
  6. Alexander de Humboldt, Researches Concerning the Institutions & Monuments of the Ancient Inhabitants of America, trans. Helen Maria Williams, vol. 2 (London: Longman, 1814), p. 23. See also: Antonio de Herrera y Torsedillas, Historia General de los Hechos de los Castellanos, Década Tercera, Book 3 (Madrid: Royal Office of Nicolas Rodriguez, 1726), p. 94.
  7. Nicolas Espindola, Relacion del Pueblo de Ocelotepeque, in Papeles de Nueva España, ed. Francisco del Paso y Troncoso, vol. IV (Madrid: Successors of Ribadeneyra, 1905), p. 139. Antonio de Herrera, Historia General de los Hechos de los Castellanos, Década Tercera, Book 3, p. 101. Julio de la Fuente, Yalalag: Una Villa Zapoteca Serrana (Mexico City: Museo Nacional de Antropologia, 1949), p. 237.
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  9. Marianna Slocum, textos no publicados obtenidos en Oxchuc, Chiapas, alrededor de 1947. De: Barlow Archive, Mexico City College. En: Horcasitas, “An Analysis of the Deluge Myth in Mesoamerica,” en The Flood Myth, ed. Alan Dundes (Berkeley: University of California Press, 1988), p. 198.
  10. Natal Lombardo, Arte de la Lengua Teguima Vulgarmente Llamada Opata (Mexico: 1702). Edward E. Ayer Manuscript Collection, Newberry Library, Chicago. Ayer MS 1641, p. 231.
  11. Didier Boremanse, “Ortogenesis en la Literatura Maya Lacandona,” Mesoamerica, vol. 10, no. 17 (Guatemala: 1989), pp. 70-71.
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  13. Geronimo de Mendieta, Historia Eclesiastica Indiana, Book 4, Cap. 41, p. 532.
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  15. Victor D. Montejo, “Cuentos Traditionales de Jacaltenango,” Mesoamerica, vol. 6, no. 10 (Guatemala: 1985), p. 417.
  16. J. Eric Thompson, “Ethnology of the Mayas of British Honduras,” Field Museum of Natural History Anthropological Series, v. 17, no. 2, (Chicago, 1930), p. 166.
  17. Miguel Ángel Espino, Mitología de Cuscatlán (San Salvador: Concultura, 1996), p. 12.
  18. Adolfo Constenla Umaña, Laca Majifijica: la Transformacion de la Tierra (San Jose: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1993), pp. 51, 145-152.
  19. Antonio de Herrera y Torsedillas, Historia General, Década Quarta, Book 1 (Madrid: Royal Office of Nicolas Rodriguez, 1726), p. 19.
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  26. Manuela Fischer and Konrad Theodor Preuss, Mitos Kogi (Quito: Abya-Yala, 1989), pp. 39-40.
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  29. Correspondencia personal con Ron Binder, enero 2018. Véase mi libro Echoes of Ararat para más información.
  30. Fray Pedro de Aguado, Recopilación Historial, Book 10, Chap. 17.
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  55. John Cooper, “The Patagonian and Pampean Hunters,” Handbook of South American Indians, vol. 1, in Bureau of American Ethnology Bulletin, vol. 143 (Washington: GPO, 1946), p. 168.

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