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En 1956, en Glasgow, Escocia, se efectuó la primera ecografía obstétrica,1 lo que permitió a los doctores ver dentro de la matriz por primera vez en la historia. Utilizando tecnología de detección de errores incorporada de, por sorprendente que parezca, la industria del transporte, un obstetra y un ingeniero provida inventaron el primer prototipo de ecografía, el Diasonógrafo, y publicaron sus imágenes en un periódico médico en 1958.
Algunas décadas después, la tecnología de ultrasonido es una parte de la rutina del cuidado prenatal, en el cual las madres disfrutan de por lo menos dos (y hasta más) vistazos de su bebé en el vientre: una ecografía de fecha entre las 8 y 12 semanas y un escaneo anatómico entre las 18 y las 22 semanas de gestación. Las imágenes granuladas tomadas en la década de 1950 han sido reemplazadas con imágenes nítidas en blanco y negro, o inclusive con imágenes tridimensionales, que muestran claramente cada característica del bebé, desde su diminuta nariz hasta sus pequeños dedos de los pies.
Hace tan solo unos meses, tuve mi ecografía de determinación de fecha a las 11 semanas para mi cuarto hijo. Nuestro bebé, del tamaño aproximado de una fresa, estaba muy activo, volteándose, pateando, y dando saltos mortales—¡Y siendo tan pequeño! Es una experiencia asombrosa.
Ahora que podemos “ver” dentro del útero, ¿Qué es lo que está pasando? A las 11 semanas el bebé mide tan solo cerca de 4 centímetros y pesa nada más 7 gramos. Pero, a pesar de su tamaño diminuto, el bebé ya se está moviendo y dando patadas, aunque la madre aún no lo puede sentir.
A las 11 semanas el bebé mide tan solo cerca de 4 centímetros y pesa nada más 7 gramos. Pero, a pesar de su tamaño diminuto, el bebé ya se está moviendo y dando patadas, aunque la madre aún no lo puede sentir.
En esta etapa del desarrollo, la mitad del largo del bebé es su cabeza, aunque su pequeño torso está a punto de experimentar un crecimiento rápido y asumirá también una postura más derecha. Las camas para las uñas de los dedos de las manos y los pies se están desarrollando, y brotes de dientes están empezando a aparecer en las encías. Los huesos se están volviendo más duros, los folículos capilares se están formando, y el bebé ya tiene inclusive una pequeñísima lengua y un paladar en su boca. También, durante este tiempo, los oídos empiezan a moverse hacia su destino final a los lados de la cabeza, y las cavidades nasales se empiezan a abrir. Si es una niña, sus ovarios se están desarrollando (¡Ella nacerá con todos los óvulos que tendrá en toda su vida!).
¡Vaya! No hay que preguntarse porqué la madre se siente exhausta durante esta etapa del embarazo. Hay una tremenda actividad en el útero a medida que el bebé se acerca al momento del nacimiento.
Durante el escaneo de fecha realizado aproximadamente a las 11 semanas, muchas madres escogen también hacerse la prueba de translucencia nucal.2 Esta prueba no invasiva mide el fluido de la parte de atrás del cuello del bebé durante la ecografía, y chequea para ver si el bebé estadísticamente tiene más posibilidades de tener síndrome de Down u otras anormalidades de cromosomas. Esta prueba es cerca del 70% confiable.
Aunque el número en los Estados Unidos es difícil de calcular,3 parece que alrededor del 67% de los padres que reciben la noticia, a través de esta prueba y con o sin la combinación de otras pruebas genéticas, de la probabilidad de que su bebé nazca con el síndrome de Down, escoge mandar asesinar a su bebé a través de un aborto. De acuerdo con el Charlotte Lozier Institute (Instituto Charlotte Lozier):
El aborto después de un diagnóstico prenatal ha reducido la población de individuos con síndrome de Down en los Estados Unidos aproximadamente en un 30%. Esto no debe ser confundido con el porcentaje de mujeres que abortan después de un diagnóstico prenatal. El número sería ciertamente más elevado. Esto refleja la disminución total de la población de personas con síndrome de Down, y toma en consideración el total de los embarazos con síndrome de Down, hayan sido diagnosticadas prenatalmente o no.4
Pero, así la prueba fuera 100% acertada, ¿es el diagnóstico prenatal de una anormalidad de cromosomas una razón aceptable para mandar a asesinar a un bebé? ¡Ciertamente no! Esta es una impactante forma de discriminación en contra de los seres más vulnerables y trata a la vida como si solo tuviera valor si el niño va a ser “saludable” o sin discapacidad.
Pero, así la prueba fuera 100% acertada, ¿es el diagnóstico prenatal de una anormalidad de cromosomas una razón aceptable para mandar a asesinar a un bebé? ¡Ciertamente no!
¿Será que aquellos que se hacen los de la vista gorda al asesinato de un niño no nacido debido a un diagnóstico prenatal indeseado ignorarán también a un padre que asesina a su recién nacido o a su hijo de dos ó 10 años porque nació con una anormalidad de cromosomas o porque es discapacitado de alguna forma cuando ya tiene muchos años de vida? ¡Seguramente no!
Dicha visión utilitaria acer¿Será que aquellos que se hacen los de la vista gorda al asesinato de un niño no nacido debido a un diagnóstico prenatal indeseado ignorarán también a un padre que asesina ca de la vida no debería existir dentro de los creyentes quienes deberían ver cada vida hecha por Dios en forma formidable y maravillosa (Salmo 139:14) a su imagen (Génesis 1:27) y preciosa para él. Debemos confiar en que Dios provee todo lo que necesitamos para ser los padres de cualquier hijo que el Señor nos conceda a través de su gracia.
Según el inventor había esperado, la tecnología ultrasonido ha salvado un sinnúmero de vidas, dando a los doctores la habilidad de detectar y resolver problemas antes de que el bebé nazca, ¡incluyendo cirugías prenatales!5 Y los centros de cuidado de embarazo en todos los Estados Unidos rutinariamente reportan que cada cuatro de cinco mujeres que están inclinadas a abortar escogen la vida después de ver a su bebé no nacido en la pantalla de la ecografía y al recibir el amor, soporte y ayuda que se les ofrece.6
Pero, desafortunadamente, esta tecnología también ha resultado en la pérdida de un sinnúmero de vidas porque los padres que reciben un diagnóstico inesperado después de la prueba genética al final escogen la muerte de su bebé. ¡Esto es absolutamente trágico!
El valor de una vida humana no es determinado por la calidad percibida de vida, lo que un individuo puede contribuir a la sociedad, o que tan “saludable” será esa vida. ¡Uno necesita simplemente mirar a la cruz de Jesús para ver que tan valiosa es la vida humana! Aunque siendo pecadores—indefensos, muertos en nuestros pecados y en discordia con Dios—Cristo vino y murió por nosotros (Romanos 5:8), dando libremente su propia vida para que nosotros tuviéramos una vida nueva. Y él no lo hizo porque había algo en nosotros. Él lo hizo por el gran amor que le tuvo a aquellos que él creó en su propia imagen. (Efesios 2:4; Génesis 1:27) .
El valor de una vida humana no es determinado por la calidad percibida de vida, lo que un individuo puede contribuir a la sociedad, o que tan “saludable” será esa vida.
Como creyentes, somos llamados a tener el mismo modo de pensar que nuestro Señor y dar la bienvenida a los niños pequeños (Mateo 19:14; Mark 9:37) como regalos suyos (Salmo 127:5) y estar dispuestos a dar la vida por los demás (John 15:13) . Esto incluye hablar a favor de y defender a aquellos que no pueden hablar por sí mismos (Proverbios 31:8).
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