Una nueva madre a menudo se da cuenta de su embarazo por primera vez durante este período (24 días después de la fecundación), si no antes, cuando puede notar cambios en su ciclo mensual o presenta síntomas de embarazo y se hace la prueba de embarazo. Su cuerpo comienza a producir la hormona GCH (Gonadotropina coriónica humana) a partir de la fecundación en cantidades que van incrementando cada día, y la prueba de orina para embarazo funciona al detectar dicha hormona. Casi todas las madres producen suficiente GCH en esta etapa para producir una prueba positiva de orina.
En este momento, el bebé todavía es pequeñísimo, menos de 0,5 cm de largo. Es demasiado pequeño para poder verlo fácilmente en un ultrasonido. Sin embargo, un ultrasonido transvaginal puede detectar el saco gestacional en el que el bebé está creciendo, y tal vez lo que se conoce coloquialmente como “saco vitelino”. Esto nos hace pensar en la yema de un huevo de una gallina, pero el “saco vitelino” embrionario tiene una función muy diferente. La yema de un huevo de gallina es una sola célula, la cual, si es fertilizada, se desarrollará para formar un pollo. El “saco vitelino” embrionario provee nutrición y remoción de desechos para el bebé antes de que se forme la placenta y desempeña un papel esencial en los primeros suministros de sangre. A medida que el bebé se desarrolla, la mayoría de esta estructura se convertirá en el tubo gastrointestinal.
Aunque el bebé es diminuto en este momento, está creciendo rápidamente, y ¡hay muchos cambios ocurriendo cada día! Mientras él o ella no ha desarrollado muchas de sus características que veremos durante las semanas siguientes, el cuerpo está construyendo la fundación para nuevos desarrollos. En este momento, el bebé tiene tres “capas”. La capa de afuera es el ectodermo, el cual se transformará en el sistema nervioso y la piel del bebé. La siguiente capa es el mesodermo, el cual se convertirá en el corazón, el sistema circulatorio y los huesos. La capa más interna, el endodermo, se convertirá en los demás órganos internos.1 Las células en cada una de estas capas progresivamente se van diferenciando cada vez más a medida que el desarrollo continúa. El cuerpo tiene ya una notoria cabeza, la cual contiene el cerebro en desarrollo, una columna vertebral de la cual brotarán los brazos y las piernas, y una protuberancia debajo de la cabeza ¡contiene el ya latiente corazón!
Desafortunadamente, cuando la madre descubre que está embarazada es el momento más peligroso para la vida del bebé si la madre decide que no quiere estar embarazada. Si ella así lo desea, tal vez se tome dos píldoras, espaciadas con varias horas de diferencia, para forzar al cuerpo a abortar el bebé. Porque sabemos que cada persona ha sido creada a imagen de Dios y cada vida humana tiene valor desde el momento de la fecundación, dichas píldoras para el aborto son asesinato. Sin embargo, doctores provida han desarrollado un método para revertir los efectos de la primera píldora si la madre se da cuenta lo que acaba de hacer y desea que su bebé viva. Si la mujer pide ayuda a tiempo, inyecciones de progesterona pueden a veces salvar al bebé.2 Cada etapa del desarrollo muestra la ingeniosidad de nuestro Creador y su cuidado por la pequeña vida que está siendo formada en el vientre de la madre (Salmo 139:13). Mientras es imposible descifrar al mirar al diminuto bebé si es un niño o una niña, muchos detalles han sido determinados genéticamente, ¡incluyendo el sexo biológico y si el bebé se parecerá más a la mamá o al papá! La Biblia dice que Dios ya ha numerado los días de este precioso individuo (Salmo 139:16) . Aunque el bebé es pequeñísimo en esta etapa de su desarrollo, él o ella es un ser humano valioso siendo creado a imagen de Dios y merece la misma protección, cuidado y amor que esperaríamos los padres demostrarían a un recién nacido.