Muchas de las declaraciones bíblicas sobre la Astronomía estuvieron en contra de las enseñanzas aceptadas en el pasado. Sin embargo, la ciencia moderna ha confirmado lo que la Biblia ha ensañado.
Nota del Editor: Este artículo es una adaptación de un capítulo del nuevo libro del Dr. Lisle, Taking Back Astronomy [Retomando la astronomía]. Mientras que algunas personas consideran a la astronomía como un área débil de estudio sobre el origen de la creación, este nuevo y fascinante libro contiene suficiente e intrigante material para incluso abrirles los ojos a los más duros de corazón de nuestros días.
No es comúnmente conocido que muchas de las declaraciones bíblicas sobre la astronomía estuvieron en contra de las enseñanzas aceptadas en el pasado. Indudablemente, muchos de estos versos podrían haberse visto contrario a expectativas lógicas, y muchos han sido difíciles de creer cuando primero fueron escritos.
Sin embargo, la ciencia moderna ha confirmado lo que la Biblia ha enseñado. Como en todas las cosas, la Biblia está absolutamente en lo cierto cuando enseña acerca del universo.
Considere Isaías 40:22 donde se menciona “el círculo de la tierra.” Esta descripción ciertamente comprueba particularmente la vista de la tierra desde el espacio; la tierra siempre aparece como un círculo, pues ella es redonda.
Curiosamente, muchos libros de astronomía acreditan a Pitágoras (c. 570–500 d.C.) como ser el primero en afirmar que la tierra es redonda. Sin embargo, se sabe que el libro de Isaías fue escrito en el 700s a.C.
Los astrónomos seculares anteriores a Pitágoras debieron haber pensado que la Biblia estaba equivocada acerca de la redondez de la tierra, a pesar de todo, la Biblia estaba en lo correcto.
Un interesante verso para considerar es Job 26:7, que declara que Dios “cuelga la tierra sobre nada.” Este verso expresa (de manera poética) el hecho de que la tierra no está apoyada por ningún otro objeto, algo completamente inimaginable para los escritores de la antigüedad.
En efecto, la tierra flota en el espacio. Ahora tenemos fotos tomadas desde el espacio que nos muestran cómo flota la tierra en el vacío cósmico.
La Biblia indica en distintos pasajes que el universo se ha ido “extendiendo” o expandiendo. Por ejemplo, Isaías 40:22 nos enseña que Dios “extiende los cielos como una cortina, teniéndolos como una tienda para morar.” Esto puede indicar que el universo incluso aumenta en tamaño desde su creación. Dios lo ha extendido (y quizás, sigue en expansión).
Este verso también, debió haber sido extraño cuando fue originalmente escrito.
De hecho, científicos seculares de la antigüedad creían que el universo era eterno y constante. La idea de un universo en expansión pudo haber sido considerado sin sentido para muchos científicos en el pasado. Debió haber sido tentador para los cristianos rechazar lo que la Biblia enseña acerca de la expansión del universo. Quizás, algunos cristianos trataron de “reinterpretar “Isaías 40:20, leyéndolo de una forma antinatural, para no tener que creer en un universo en expansión.
Cuando el mundo cree una cosa y la Biblia enseña otra, siempre es tentador pensar que Dios ha equivocado los detalles, pero Dios nunca se equivoca. Hoy en día efectivamente, muchos astrónomos admiten que el universo se está expandiendo.
Usted, no podría pensar que un astrofísico (¡un astrónomo quién ha tomado muchos cursos de matemáticas!) podría comunicarse a un nivel que incluso una persona joven pueda entenderlo. Pero, con el Dr. Jason Lisle (el autor de este artículo), este no es el caso.
El Dr. Lisle ha estado volando por Norteamérica, dando magníficas y bien ilustradas charlas sobre la astronomía, los dinosaurios y la autoridad bíblica a grupos de jóvenes y adultos. Cuando está en su oficina, el Dr. Lisle ha estado dando retoques a su primera presentación para el nuevo planetario adentro del Museo de la Creación y ha estado escribiendo para nuestra revista.
A pesar de que el Dr. Lisle estará muy ocupado en la oficina, seguirá estando disponible para hablar de forma limitada. Para comunicarse con él, diríjase a nuestra página web.
Génesis 22:17 enseña que Dios multiplicaría la descendencia de Abraham “como las estrellas del cielo, y como la arena que está a la orilla del mar.” Génesis 32:12 es claro que esto representa un número que es incontable por los humanos: “la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.”
Estas son analogías excelentes. Claramente la arena del mar y las estrellas en el universo no pueden ser contadas por los humanos, aunque puedan ser estimadas en su cantidad. Nunca se creyó que las estrellas fueran tan numerosas. El astrónomo Claudio Ptolomeo (150 d.C.) catalogó 1.022 estrellas en su trabajo: The Almagest.
El total de estrellas que pueden verse distintivamente (desde ambos hemisferios bajo condiciones ideales) bajo simple vista es de alrededor de 10.000.
Hoy en día, grandes telescopios nos permiten estimar que solamente en nuestra propia galaxia hay sobre cien mil millones de estrellas. Los astrónomos creen que hay más galaxias en el universo visible que estrellas en nuestra propia galaxia. La ciencia moderna ciertamente nos confirma Génesis 22:17.
Hoy en día, la exactitud bíblica está siendo atacada cada vez más. ¿Podemos realmente confiar en nuestra era moderna, tecnológica y científica?
Como hemos visto, la ciencia no es enemiga de la Biblia. Al contrario, la ciencia moderna ha confirmado las enseñanzas bíblicas acerca de la astronomía. Muchas de estas enseñanzas han sido aceptadas en libros de textos científicos.
Lo que el presidente de Respuestas en Génesis, Ken Ham, ha escrito muy frecuentemente que los cristianos necesitan retomar esos campos de la ciencia, como la astronomía, la cual ha sido secuestrada por los evolucionistas para promoverla en el mundo secular.