“El planeta tierra crea su propia agua desde la profundidad de la corteza terrestre” era el titular de la noticia de enero 27, 2017 de la revista New Scientist.1
Es irónico que los científicos seculares todavía buscan explicar de dónde salió el agua en la tierra. Por muchos años han tratado de sustituir las piezas más difíciles de explicar de su “historia” acerca de cómo nuestro planeta tierra “simplemente” se convirtió en un lugar habitable para la vida a través del curso de supuestos billones de años.
Los científicos seculares creen que la tierra se condensó a partir de una materia aterronada que fue lanzada de la nébula solar hace 4.56 billones de años más o menos. Por lo que originalmente era una masa caliente y amorfa que se enfrió. Solían insinuar que la mayoría del agua venía de dentro de esta tierra en proceso de enfriamiento, pero que no era suficiente como para llenar los océanos que hay sobre la faz de la tierra hoy en día.
Una teoría popular era que los cometas (que son esencialmente grandes bolas de nieve sucia) chocaban con la tierra y depositaban su agua en la superficie.
Parte del agua del Diluvio vino de adentro de la tierra.
Entre tanto, estos mismos escépticos seculares y bíblicos han exigido que nosotros, los creyentes bíblicos, expliquemos de dónde salieron las aguas que inundaron la tierra durante el catastrófico Diluvio en Génesis. Nuestra respuesta no ha cambiado desde que se escribió el libro de Génesis, que es una revelación escrita de Dios para nosotros: “. . .fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas” (Génesis 7:11).
En otras palabras, algunas de las aguas del Diluvio vinieron desde adentro de la tierra, añadiendo a las aguas que ya cubrían la tierra al principio desde el primer día de la semana de la creación (Génesis 1:2); en el tercer día, Dios juntó las aguas en un solo lugar y las llamó mares (Génesis 1:9-10).
Por supuesto, como ha sido pronosticado en 2 Pedro 3:3–6, estos mismos escépticos seculares y bíblicos dicen que nunca hubo un Diluvio global en la tierra, aunque la misma sigue cubierta por un 70 % de agua, la cual promedia más de 2 millas en profundidad. Pero irónicamente, ellos también dicen que, debido a varias evidencias de erosión cuantiosa debido al agua en Marte, afirman que hubo un diluvio de “proporciones bíblicas” en el planeta en el pasado, ¡aunque la superficie del planeta esta seca hoy en día!
Entonces, ¿qué es esta nueva evidencia que los secularistas han encontrado que ha confirmado lo que la Biblia siempre a dicho?
La enorme reserva de agua que está en el planeta tierra pudo haberse originado por reacciones químicas en el manto terrestre y no por haber llegado por medio de coaliciones de cometas enriquecidos de hielo. Esto fue un resultado realizado por una simulación computadorizada acerca de las reacciones en el manto superior terrestre entre hidrogeno líquido y cuarzo, que es comúnmente conocido como sílice, la cual es una forma más común y estable en esta área del planeta. . . Esta simple reacción toma lugar a aproximadamente 1400 ℃ y ejerce presión 20,000 veces más alta que la presión atmosférica que la sílice o que el dióxido de sillico, reacciona con hidrógeno líquido para formar agua líquida e hidruro de silicio.2
Los resultados de estos simulacros computarizados acaban de ser reportados por Zdenek Futera y sus colaboradores en el Colegio Universitario de Dublín en Irlanda.3 Este trabajo más reciente simula esta reacción bajo varias temperaturas y presiones típicas de la parte superior del manto terrestre entre 40 a 400 kilómetros para abajo. Esto apoya el trabajo hecho anteriormente por investigadores japoneses que ejecutaron y reportaron lo ocurrido en la reacción en el 2014.4
En ese estudio previo, Ayako Shinozaki de la Universidad de Tokyo y sus colaboradores, condujeron experimentos con cuarzo natural (SiO₂) en una cámara muy pequeña bajo presiones altas dentro de una celda de yunque de diamante en la cual hidrógeno puro (H₂) fue introducido como un fluido supercrítico. Luego, la cámara también fue calentada. Sus investigaciones de la reacción química de estos experimentos determinaron que el cuarzo se había disuelto en el hidrógeno líquido, y se había formado agua (H2O) e hidruro de silicio (SiH4). Concluyendo que el hidrógeno tiene el potencial de oxidarse para formar agua en la corteza terrestre cuando los componentes de la sílice (SiO2) de los minerales del manto se disuelven en el hidrógeno líquido que se halla presente en el manto superior.
Así que, ¿cuál es la novedad de este estudio más reciente? John Tse, un miembro del equipo de la Universidad de Saskatchewan en Canadá comentó lo siguiente: “Preparamos un simulacro computadorizado muy parecido a sus condiciones experimentales y simulamos la trayectoria de la reacción”.5 Pero sorprendentemente encontraron que “el hidrógeno líquido se difunde por la capa de cuarzo, pero termina creando agua en el grueso del mineral y no en la superficie,” afirmó Tse. “Analizamos la densidad y estructura del agua que quedaba atrapada y encontramos que estaba altamente presurizada”.6
Los autores también encontraron que la presión podía llegar a alcanzar hasta 200,000 atmósferas. Por lo tanto, el equipo de investigación sugirió que esta agua nueva podría llegar a estar bajo tanta presión que podría desencadenar terremotos a cientos de kilómetros bajo la superficie terrestre, temblores cuyos orígenes todavía no han podido ser explicados. “Hemos observado que cuando el agua está a una presión alta puede llevar a la posibilidad de terremotos inducidos,” dice Tse.7
Los terremotos se pueden originar cuando el agua finalmente se escapa de los cristales. La ocurrencia de los terremotos profundos que se producen en la zona superior de la litósfera del manto bajo los cratones estables (estos son las bases de los de los núcleos para los continentes) se conoce, pero permanece enigmática en su origen.8 Por ejemplo, en el terremoto del 2013 en Río de Viento (Wind River) encontrado en Wyoming ocurrió a 75 ± 8 kilómetros, muy por debajo de la base de la corteza. Esto sugiere que hubo una representación de una falla frágil a temperaturas altas en la roca de la litosfera del manto. Sin embargo, el mecanismo desencadenador para una falla frágil en la zona estable de la litosfera del manto sigue siendo un enigma.
Estas nuevas simulaciones computadorizadas hechas por el equipo de investigadores ahora han podido demostrar que el agua sobre presurizada por la reacción entre la sílice y el hidrógeno, podría provocar los inicios de los terremotos profundos producidos en la litosfera del manto bajo los continentes. Otros investigadores están de acuerdo, como John Ludden, el director ejecutivo del British Geological Survey (Centro Británico de Investigación Geológica).9 Pero, obviamente se necesitan más investigaciones para cuantificar la cantidad de agua liberada necesaria para provocar estos terremotos tan profundos.
Sin embargo, algo más significativo que este equipo de investigadores sugiere es que sus hallazgos también pueden informarnos acerca de cómo nuestro planeta obtuvo el agua desde un principio. “Siempre y cuando se pueda mantener suficiente hidrógeno, se puede especular que el agua formada por este proceso podría haber contribuido al origen del agua durante las primeras etapas del acrecentamiento de la tierra”, dijo Tse. “El agua formada en el manto puede llegar a la superficie por varias maneras, como por ejemplo, puede ser llevada por magma en la forma de actividades volcánicas”.10
También, es muy posible que aún hoy en día el agua continúe produciéndose así en las profundidades de la tierra. “Este estudio resalta la forma en que los minerales que componen el manto terrestre pueden incorporar cantidades grandes de agua y cómo hasta cierto sentido la tierra realmente está “mojada” hasta su núcleo”, dice Lydia Hallis de la Universidad de Glasgow en Gran Bretaña.11
No obstante, este anuncio reciente realmente no es nuevo, considerando que varios estudios publicados por más de dos décadas y media han encontrado evidencia de que dentro de las rocas y minerales del manto se encierra suficiente agua para hacer varios océanos.
Tan reciente como en noviembre del 2016 hubo una noticia del descubrimiento de agua dentro de una inclusión de un diamante que afirman que surgió a la superficie de la tierra desde una profundidad de 1,000 kilómetros abajo en el manto terrestre.12 Un grupo internacional ha estudiado el diamante encontrado en el sistema del Río São Luíz en Juina Brasil. Y encontraron un mineral atrapado dentro de la inclusión del diamante durante la etapa de su formación.13
Cuando estos investigadores examinaron de cerca esta inclusión atrapada en el diamante con microscopía infrarroja pudieron ver sin lugar a duda la presencia de iones de hidroxilos (OH-), los cuales normalmente provienen del agua. Identificaron el mineral como ferropericlasa, que consiste de hierro y óxido de magnesio, y también puede absorber otros metales tales como el cromo, el aluminio y el titanio a temperaturas y presiones extremadamente altas en el manto inferior.
El agua claramente tiene un rol muy marcado en las placas tectónicas, y antes ni siquiera sabíamos lo profundo que estos efectos podían alcanzar.
De acuerdo con uno de los miembros del equipo llamado Steve Jacobsen de la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois, dijo que el punto clave es que, como la inclusión estaba atrapada dentro del diamante todo el tiempo, la presencia del agua solo pudo haber provenido del lugar de la formación del diamante en la en el manto inferior.14 “Esta es la evidencia más clara para el reciclaje del agua en el planeta” dijo Jacobsen. “El mensaje que queremos enfatizar es que el ciclo del agua en la tierra es más grande de lo que habíamos pensado, extendiéndose a las profundidades del manto. El agua claramente tiene un rol muy marcado en las placas tectónicas, y antes ni siquiera sabíamos lo profundo que estos efectos podían alcanzar. Esto tiene implicaciones para los orígenes de agua sobre el planeta”.15
En el 2014 habíamos reportado otro estudio similar.16 En esa ocasión, se trataba de agua que fue encontrada en el mineral ringwoodita, el cual fue hallado como una inclusión en otro diamante brasileño.17 En un reportaje noticiero, con base en un estudio relevante relacionado,18 se insinuó que una reserva de agua de tres veces el volumen de todos los océanos había sido encontrada a 7,000 kilómetros bajo la superficie terrestre, la cual es una evidencia excelente que por lo menos algo del agua de la tierra vino desde su profundidad.19
Además, todos estos estudios que han sido publicados recientemente son sólo la culminación de una larga trayectoria de investigaciones de muestras de rocas y minerales del manto terrestre traídas por vulcanismo junto con estudios de terremotos profundos.20 La conclusión colectiva es que hay enormes cantidades de agua guardadas en el manto terrestre dentro de sus minerales; y, esa agua hallada no sólo ayuda en la convección del manto, el movimiento de las placas tectónicas y en el vulcanismo, sino que esa agua también puede ser liberada en la superficie terrestre a través de la actividad volcánica. “¡De hecho hay más de 400 kilómetros de agua dentro de la tierra que sería suficiente para remplazar las superficies oceánicas más de diez veces!”21
Pero, aun así Raymond Jeanloz de la Universidad de Berkeley en California no puede concebir “que haya habido una efusión de agua, al estilo del arca de Noé, aunque las balanzas se inclinen hacia un flujo mayor”.22 Así que, sólo es su parcialidad evolucionaria la cual le impide aceptar que pudo haber ocurrido una efusión catastrófica de agua bajo presión en el manto como al estilo de las fuentes del arca de Noé, ¡tal y como lo describe la Biblia!
Así que, es muy obvio que la declaración del relato de Génesis en el cual el cataclismo del Diluvio global comenzó con que “fueron rotas todas las fuentes del grande abismo (Génesis 7:11), es una descripción muy vívida de una efusión catastrófica de agua hacia la superficie terrestre. También es obvio que el agua había sido guardada bajo presión en la profundidad de manto antes de la era del Diluvio. Tal efusión de agua pudo haber sido acompañada por una sugerencia de plumas de material proveniente del manto que se derritieron mientras hacían erupción al salir hacia arriba produciendo una catástrofe volcánica. Cuando la lava entró en erupción bajo el mar, produjo un nuevo fondo marino. En los continentes, el brote monumental de flujos de lava y explosiones de capas de ceniza volcánica fueron depositadas entre las capas de sedimentos que se iban acumulando y enterrando fósiles rápidamente. El agua adicional que salió de las fuentes agregó al creciente nivel del mar debido al impulso ascendente de su nuevo y caliente fondo marino dando lugar a la inundación de los continentes. Los terremotos que ocurrieron por estas catástrofes agregaron un aumento en el oleaje del agua, parecidos a los de los tsunamis, a la creciente inundación, depositando capas de sedimento por todos los continentes y enterrando varios animales que se convirtieron en fósiles.
Además, las efusiones de agua del manto a través de una gran red global de fracturas hicieron separaciones en el suprecontinente original antes de la era del Diluvio, que hoy son las placas tectónicas.23 El agua dentro del manto hizo que bajara la viscosidad del material del manto (haciendo que el material fuera menos “grueso”) para que así ayudara a mover las placas tectónicas por la superficie terrestre y produjera un movimiento rápido de las placas tectónicas en el Diluvio global.24
La descripción bíblica de ese acontecimiento explosivo simplemente ha sido confirmada por las últimas investigaciones de los científicos seculares.
Así que las aguas que vinieron de adentro de la tierra combinadas con las aguas originales, crearon océanos para producir el Diluvio de Génesis. La descripción bíblica de ese acontecimiento explosivo simplemente ha sido confirmada por las últimas investigaciones de los científicos seculares. Siempre podemos confiar plenamente en la veracidad del relato en Génesis del catastrófico Diluvio global en los días de Noé y de su historia hacia atrás hasta la creación en el primer versículo. En resumidas cuentas, las aguas del océano no provinieron originalmente del manto, sino que fueron creadas por Dios y fueron puestas en su lugar desde “el principio”.