Sin duda. Hoy estamos frente a una “batalla por el trono”.
Hay una gran oferta de falsos evangelios que batallan por tomar el trono y ser la autoridad para el ser humano. Esos falsos evangelios tienen fundamentos errados, contienen falsas y vacías esperanzas de ayuda integral. Estas ofertas son fruto de cosmovisiones no bíblicas, fruto de metanarrativas erradas que intentan competir con la verdadera historia de la redención.
La visión secular con su respuesta errada a la pregunta: ¿qué es el hombre y cuál es su necesidad o problema?, domina no solo los ambientes seculares, sino incluso en algunas iglesias. Esta utiliza una antropología naturalista y evolucionista que no glorifica al Creador, y que finalmente trae ruina al ser humano (Romanos 1:21-32).
Por tanto, si queremos ayudar al ser humano, debemos estar siempre preparados para dar razón de su esperanza (1 Pedro 3:15), basados en el consejo que Dios nos ha revelado en Su Palabra, desde el primer versículo.
2 Pedro 1:3 habla que el consejo divino es suficiente para todo lo que el ser humano requiere para la vida y la piedad. Pero desde el punto de vista cronológico, Génesis es el relato histórico que muestra al ser humano dependiendo del consejo divino, incluso antes de la caída (Génesis 2). El ser humano fue creado para Dios (Apocalipsis 4:11), para ser dependiente de Él (Hechos 17:28), y de su consejo (Isaías 30:1; Salmos 1:1-2). ¡No fue creado para ser autónomo e independiente!
El autor de Eclesiastés manifiesta que “el fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13). Es decir, que la vida sin el consejo divino se vuelve vana, absurda y sin sentido. Si la humanidad quiere responder correctamente a las preguntas importantes de la vida (¿de dónde venimos?, ¿cuál es el propósito de nuestras vidas, ¿Cómo tenemos que vivir?, ¿adónde vamos?, y otras) debe interpretar los hechos, dentro del marco del consejo divino.
Desde el principio el hombre fue creados para ser dirigido (Salmos 32:8-9), sustentado (Mateo 4:4) y transformado (2 Timoteo 3:16-17) por el consejo divino (Juan 1:1 “En el principio era el Verbo”). Esto no es parte de la naturaleza humana, viene desde fuera.
Esto expone un riesgo. ¿Qué sucede cuando el consejo que recibe y acepta el hombre es errado e insuficiente? Recuerda lo que sucedió en Génesis 3 por seguir el consejo de Satanás.
Sino se sigue la Palabra de Dios la ruina es inevitable.
Satanás continúa queriendo seducir a los seres humanos para que crean en su consejo mentiroso. Que vivan en una supuesta autonomía, que finalmente es totalmente destructiva. Satanás es el padre de mentiras que busca engañar por medio de filosofías y huecas sutilezas (Colosenses 2:8) . Un ejemplo de este engaño son las miradas seculares de orígenes, que incluso se han infiltrado en la iglesia.
El ataque de los evolucionistas a la narrativa bíblica del Génesis no es tanto porque Dios sea el creador de todas las cosas, sino por el hecho de que; al ser Dios el creador, él pone la reglas. Él es el dador universal, por tanto, fuente de la ley moral universal que rige toda su creación.
Los evolucionistas han interpretado mal los hechos. No se equivocan solo en temas geológicos, cosmológicos y biológicos, sino también en términos antropológicos. Han errado al definir que es el hombre y cuál es su problema. También se equivocan en definir cuál ha sido el medio (causa primaria), y el por qué y para que (propósito) existe el ser humano y todas las cosas.
Este ataque de los evolucionistas es una rebelión que intenta detener la verdad. Una rebelión que intenta encubrir la injusticia de sus corazones (Romanos 1:18-25). Esta rebelión que no quiere tener en cuenta a Dios como el creador, y, por tanto, quién pone las reglas, nos ha entregado a la gangrena del relativismo (2 Timoteo 2:16-18). Un mundo que no tiene un estándar firme para las elecciones y decisiones en la vida. ¡Necesitamos una fuente de autoridad confiable!, Necesitamos una fuente de consejo que nos permita vivir, y vivir en abundancia! (Juan 10:10; Romanos 5:17)
Es necesario precisar que la revelación general dada por Dios nos deja sin excusa frente a la realidad de que Dios es. Pero, no nos permite (no es suficiente para) responder integralmente a la necesidad humana y glorificar a Dios. Necesitamos su revelación especial. Necesitamos todo el consejo de Dios desde el primer versículo.
¿Como podríamos sostener nuestra confianza en toda la Palabra de Dios si los primeros capítulos de Génesis no son verdad?, ¿Cómo podríamos usar toda la Palabra de Dios en consejería, si esta fuera dudosa en alguna parte?
La mayoría de los libros de consejería señalan textos del nuevo testamento para orientar a la iglesia en cuanto al consejo que necesita el hombre.
Son consejos muy importantes, pero también es muy importante comprender que el génesis de la consejería se desarrolló en Génesis. Es el fundamento de toda la revelación especial de Dios. Es el fundamento de toda la consejería que necesitamos.
Esto es parte de todo lo que Dios nos ha dado en los primeros capítulos de Génesis.
Otro aspecto importante para considerar sobre el génesis de la consejería es que ese relato de Génesis debe ser históricamente real, porque:
¿Como podríamos sostener nuestra confianza en toda la Palabra de Dios si los primeros capítulos de Génesis no son verdad?, ¿Cómo podríamos usar toda la Palabra de Dios en consejería, si esta fuera dudosa en alguna parte?
Génesis 1-11 es la porción de las Escrituras que ha sido más atacada. Satanás sabe que, si cae la confianza en la narrativa histórica de Génesis, caerá paulatinamente la confianza en el resto de las Escrituras.
Si no es sostenible la enseñanza de Génesis 1 y 2, ¿por qué deberíamos creer algo más en la Biblia?
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres . . . . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;”
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”
Dios destruirá todo el universo que creó en el principio. Tiene el poder de destruir todo rápidamente, como tiene el poder de crear todo rápidamente (Génesis 1).
Es necesario entonces tener esa determinación que tenía el Apóstol Pablo frente a los ancianos de Mileto.
“y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, . . . . Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios . . . . porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios . . . . Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.” (Hechos 20:20-33)
Para Pablo, ¡todo el consejo de Dios es útil para “amonestar” (aconsejar) a los creyentes! Pablo aprecia toda las Escrituras (desde el primero hasta el último versículo), como la fuete autoritativa y suficiente para que la iglesia sea aconsejada para su edificación y la gloria de Dios.