Respuestas en Génesis busca dar gloria y honor a Dios como Creador, y afirmar la verdad del registro bíblico del origen real y la historia del mundo y la humanidad. Parte de esta historia real son las malas noticias de que la rebelión del primer hombre, Adán, contra el mandato de Dios trajo la muerte, el sufrimiento y la separación de Dios a este mundo. Vemos los resultados a nuestro alrededor. Todos los descendientes de Adán son pecaminosos desde su concepción (Salmo 51: 5) y han entrado ellos mismos en esta rebelión (pecado). Por lo tanto, no pueden vivir con un Dios santo, pero están condenados a la separación de Dios. La Biblia dice que "todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23) y que, por lo tanto, todos están sujetos a la "eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Tesalonicenses 1: 9).
Pero la buena noticia es que Dios ha hecho algo al respecto. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Jesucristo, el Creador, aunque sin pecado, sufrió, en nombre de la humanidad, la pena del pecado de cada uno de nosotros, que es la muerte y la separación de Dios. Él hizo esto para satisfacer las demandas justas de la santidad y la justicia de Dios, su Padre. Jesús fue el sacrificio perfecto. Él murió en una cruz, pero al tercer día, resucitó, venciendo a la muerte, para que todos los que verdaderamente creen en Él, se arrepientan de su pecado y confíen en Él (en lugar de su propio mérito), puedan regresar a Dios y vivir por la eternidad con su Creador.
Por lo tanto: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18)
¡Qué maravilloso Salvador y qué maravillosa salvación en Cristo nuestro Creador!
Si desea conocer más acerca de lo que dice la Biblia de como puedes recibir vida eterna, por favor escríbenos o llama a las oficinas de Respuestas en Génesis.