Adaptado de: St. Louis Metro Voice, julio de 1993, vol.3, no 7
'Algunos religiosos dicen "En el principio Dios", pero yo digo, "en el principio hidrógeno"'. Esta arrogante declaración materialista hecha por el astrónomo Harlow Shapley reta la creatividad de las obras de Dios. A muchos estudiantes de escuelas públicas y privadas se les requiere ver y discutir las 13 partes de la serie de televisión, 'Cosmos', protagonizada por uno de los estudiantes más conocidos de Shapley, Carl Sagan.
En la primera frase de su libro Cosmos (la cual se supone que complementa la serie de televisión), Sagan declara confiadamente y con letras mayúsculas que 'EL COSMOS ES TODO LO QUE HAY, HUBO Y HABRÁ'. Sagan nos asegura que 'nosotros los humanos somos el producto de una larga serie de accidentes biológicos', y concluye que 'todas nuestras características y sentimientos humanos: amor, odio, pasión, frustaciones, cariño y agresión, son simplemente 'el resultado de accidentes menores de nuestra inmensamente larga historia evolutiva'. Sagan creía que 'el hombre no es el deseo de los dioses, sino lo contrario, que los dioses son el deseo del hombre'. En una entrevista publicada en el St. Louis Globe-Democrat (6 de octubre de 1980), se le pidió a Sagan que comentara sobre su punto de vista del futuro del hombre. Sagan contestó, 'Yo pienso que para sobrevivir, algún día debemos olvidarnos de honrar a nuestra nación, nuestra religión, nuestra raza, y clase social y pensar en nosotros simplemente como una forma de vida pasajera...'
Hemos oído mucho acerca de esa gran 'pared de separación' que los redactores de la Constitución de los Estados Unidos levantaron supuestamente para proteger a los ciudadanos de cualquier religión impuesta por el gobierno. Pero ¿fueron también protegidos de la imposición estatal sobre la instrucción en creencias y especulaciones dirigidas a destruir las creencias religiosas de muchos estudiantes? La Evolución es un dios celoso que ni busca ni acepta la intervención divina. Julian Huxley, uno de los promotores más conocidos de la Evolución, declaró que 'la evolución es la única realidad, un simple proceso de autotransformación'. Desde este punto de vista no puede haber nada superior a o fuera de la evolución, y por tanto el origen de la religión es en sí misma meramente un accidente mínimo en la reciente historia evolutiva del universo. Aun así, los evolucionistas muy seguido discuten que no hay nada incompatible entre la religión y la evolución, siempre y cuando cada una se confine a sí mismo a sus dominios legítimos. Pero ¿cuáles son los límites que se pueden poner a la creencia en un proceso natural que proclama ser nada más que la única realidad?
La ciencia, o en forma más precisa 'el cienticismo', no ha dudado en invadir el dominio de la religión. En 1981 teólogos y científicos se reunieron en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) bajo el auspicio del Consejo Mundial de Iglesias para discutir el tema 'Ciencia, fe y el futuro'. La premisa general de la conferencia fue que la ciencia moderna nos requiere desarrollar una religión totalmente nueva para el futuro. Un teólogo propuso la teoría evolucionista como una fuente especialmente rica para esta nueva religión. Alguien más propuso la 'ecoteología' como un acercamiento a la religión que empiece con la premisa que el universo es dios. Siendo imposible que esto saliera de los teólogos, los científicos declararon el haber localizado en el cerebro, el lugar exacto responsable de lo que 'la religión tradicionalista llama la percepción intuitiva de Dios'. Ellos dijeron que la experiencia religiosa es ¡producida en la región parietal-occipital sobre el lado no-dominante del cerebro! ¡Quizás ya tengan 'cura' para esto.
Sí es cierto que muchos de los representantes del evolucionismo se han auto declarado ateos o agnósticos, pero esto no quiere decir que todos los que aceptan la evolución, en principio son ateos ó agnósticos. En realidad, muchos líderes, maestros, y clérigos de las mayores denominaciones cristianas y judías han tratado de hacer las paces con Darwin. Estos teólogos generalmente argumentan que la Biblia nos dice quién fue el creador; mientras que la ciencia (evolucionista) nos dice cómo fue 'creada'. Esto probablemente explica el porqué en una reunión importante de educadores católicos efectuada en la ciudad de St. Louis, Carl Sagan fue invitado ¡como el conferencista principal!
El mismo Darwin recibió su educación formal en teología, no en ciencias. Su padre ateísta lo envió a la escuela de divinidades de la Universidad de Cambridge después de abandonar la escuela de medicina. En su autobiografía, Darwin declaró haber creído alguna vez en Dios y 'cada palabra de la Biblia', pero confesó que sus crecientes puntos de vista evolucionistas lo llevaron gradualmente a rechazar todo eso. Al final, consideró el Antiguo Testamento una 'manifiesta historia falsa del mundo' y dijo que él 'no podría creer como alguien pudiera tomar el Cristianismo como verdadero'. Existen rumores que dicen todo lo contrario, que rechazó el evolucionismo y regresó al cristianismo en el lecho de muerte; pero realmente no hay evidencia de ello.
Hoy en día encontramos la doctrina evolucionista en todo lugar. Puede ser incorporada a casi cualquier tema en cualquier nivel escolar, pero es común en materias que tienen que ver con ciencias sociales, historia y ciencias naturales. Fuera del salón de clase, la evolución es fuertemente promovida en nuestros periódicos, revistas populares, televisión, radio, cine, parques nacionales, museos, centros de ciencia, zoológicos, y aún al reverso de las cajas de los cereales. No obstante con toda esta publicidad, la mayoría de la gente aún no están convencidos que la evolución pueda explicar la maravillosa complejidad que se puede apreciar en toda la naturaleza.
Una encuesta Gallop efectuada en los Estados Unidos en 1992, reveló que el 47% de los americanos creían que 'Dios creó al hombre básicamente igual a como ahora nos encontramos, dentro de un período de 10,000 años'. Sólo un 9% creía que 'el hombre evolucionó en millones de años, de formas de vida mucho menos avanzadas' a través de un proceso puramente materialista. La mayoría de los otros entrevistados creían en una forma de evolución guiada en forma divina.
En el 2001, otra encuesta Gallop mostró que "los americanos tienden al 'creacionismo' en lugar del 'evolucionismo', cuando se les pregunta cuál de los dos métodos describe mejor los orígenes del hombre. No obstante, se encontró que una ligera mayoría de americanos escogieron una o dos explicaciones evolucionistas sobre la estrictamente creacionista, cuando se les dio a escoger entre tres diferentes puntos de vista específicos. Al mismo tiempo, sólo una tercera parte del público coincidió en que la teoría de la Evolución de Darwin tiene suficiente evidencia científica para ser creíble.".
Aún sabiendo estas cifras, los medios tratan de hacernos creer que aquellos que rechazan la teoría de la evolución en favor de una creación especial, sólo son una pequeña minoría, aún entre los más religiosos; una banda de ignorantes fundamentalistas con 'poca educación y fáciles de dirigir'. Pero al hacer un análisis objetivo, nos damos cuenta de lo contrario.
Para aquellos interesados en evaluar críticamente la evidencia científica en ambas premisas, creacionista y evolucionista, les animamos a que lean los otros artículos en nuestro sitio.