¿Cuán lejos irías por una creencia? ¿Estarías dispuesto a ir a la cárcel por estar en oposición al aborto? Esa fue la pregunta que posiblemente hubieran enfrentado los doctores en Argentina al reunirse el Senado para la votación del proyecto de ley para legalizar el aborto antes de las 14 semanas. Pero ¡gracias a Dios!, el proyecto de ley no fue aprobado.
En Argentina, los abortos proelección (excluyendo los abortos en casos de violación o si está en riesgo la salud de la madre) siguen siendo ilegales en esta nación de América Latina.
Este nuevo proyecto de ley pudo haber legalizado el aborto por cualquier razón durante el primer trimestre. Y la manera en que fue escrito el proyecto, los hospitales privados y religiosos no hubieran tenido la elección para abstenerse de no llevar acabo el aborto. Aunque los doctores sí hubieran podido ejercer el poder de abstenerse, estaban muy preocupados en la manera en que está escrito el proyecto de ley. Este dice que aquellos doctores que se rehúsen pueden ser forzados a registrar su disensión y enfrentar tiempo en la cárcel.
Así que cientos de doctores protestaron el proyecto de ley cargando carteles que decían cosas como:
Yo soy un doctor no un asesino.
El jefe del departamento de obstetricia dijo:
¿Cuán lejos estamos dispuestos a llegar? La cárcel . . . Y aunque la ley pase yo no voy a eliminar la vida de un ser humano. El derecho más importante aquí es el derecho a la vida (a vivir).
La Academia de Medicina de Argentina emitió una afirmación declarando “que la destrucción de un embrión humano significa detener el nacimiento de un ser humano. Nada bueno puede venir cuando una sociedad escoge la muerte como una solución.”
Tales protestas hicieron una diferencia. El Senado decidió no legalizar el aborto. Le damos gracias al Señor por su misericordia en salvar las vidas de tantos niños al no permitir que este proyecto de ley se legislara. Nosotros oramos que muchas más naciones le puedan seguir los pasos a Argentina y rehusar legalizar el aborto.
La vida humana tiene valor porque los seres humanos están hechos a imagen de Dios (Génesis 1:27.) Desde una perspectiva cristiana, cada niño, incluyendo a aquellos que no han nacido, (Jeremías 1:5) llevan en sí dignidad y propósito. Sin embargo, con el creciente dogma de la evolución no es sorprendente que el aborto es uno de los conflictos culturales más predominantes. En última instancia, el problema en nuestras culturas no es el aborto, (aunque la práctica de este es malvado y terrible). El problema fundamental es un rechazo a la Palabra de Dios y la aceptación de la religión evolucionista, que dice que el hombre es un animal, y que el desarrollo de un bebé es solamente un feto y no realmente un ser humano. Con esto dicho, si eliminamos a los gatos callejeros, ¿no podríamos eliminar a los niños de la misma manera? ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué importa? Tu punto de partida determina lo que crees acerca del aborto, los matrimonios del mismo sexo, el transgénero, etc. Importa porque tu cosmovisión es una consecuencia directa de tu punto de partida.