Nota del Editor: Este artículo fue publicado originalmente en la revista Answers.
¿Qué hace que los huesos sean tan fuertes? Si fueran hechos sólo de minerales, serían demasiado frágiles y se romperían. La clave es el ingrediente extra flexible añadido por Dios. ¡Pruebe usted este experimento simple y puede ver por sí mismo!
Usted probablemente ha escuchado que se debe beber leche porque desarrolla huesos fuertes. Esto es cierto porque la leche y otros productos lácteos son buenas fuentes de calcio, el cual es necesario para tener huesos fuertes. Los estudios han demostrado que los niños de 3 a 13 años que no beben leche se rompen fácilmente los huesos. Pero como veremos, se necesita mucho más que el calcio para formar huesos fuertes.
El calcio añade fuerza a los huesos porque es un mineral. Los minerales son elementos químicos los cuales ocurren naturalmente y compuestos que son sólidos y cristalinos (hechos de cristales ordenados). En los huesos, el calcio se combina con los elementos fósforo, hidrógeno y oxígeno para formar un cristal muy duro llamado hidroxiapatita.
Pero los huesos fuertes requieren más que dureza. Si los huesos fueran hechos de hidroxiapatita pura (como el esmalte de nuestros dientes) serían muy duros pero frágiles y se romperían más fácilmente.
Los huesos absorben los golpes tan bien porque están constituidos de una mezcla de mineral duro y fibras resistentes y flexibles. Estas fibras permiten que el hueso se flexione bajo impacto sin romperse (sin hacer añicos).
Los ingenieros llaman tales mezclas materiales compuestos. Los compuestos pueden ser mucho más fuertes que los materiales individuales de los que están hechos. Por ejemplo, la fibra de vidrio es más fuerte que el vidrio solo, y el hormigón reforzado es más fuerte que el cemento solo. Ambos son ejemplos de materiales compuestos diseñados por el hombre, pero éstos no tienen ni punto de comparación con la complejidad estructural y la belleza de los huesos.
El peso seco del hueso es aproximadamente 70% mineral (principalmente hidroxiapatita) y 30% no mineral (principalmente una proteína llamada colágeno). El colágeno es una proteína fibrosa resistente a la que estamos más familiarizados en forma de cuero. Esta combinación de mineral duro y resistente pero flexible colágeno da el hueso su gran fuerza.
Libra por libra, se dice que el hueso es tan fuerte como el hierro fundido. Es difícil imaginar cuánto estrés soportan nuestros huesos cada día. Por ejemplo, cuando una persona de 200 libras (90.7 kg) está corriendo sobre una superficie dura, la articulación de la cadera soporta fuerzas de hasta 600 libras de presión. Pero nuestros huesos divinamente diseñados toman este tipo de estrés cada día sin dificultad alguna.
Dios, el Creador de los huesos, ha sido justamente llamado el Gran Ingeniero.
¿Cómo cree usted que serían nuestros huesos sin ningún mineral? Puede ver por sí mismo haciendo un experimento lo cual es fácil (¡incluso sabroso!). Primero, debe comer toda la carne de un muslo de pollo, el cual es en realidad la tibia y el peroné de la pierna del pollo. A continuación, coloque la tibia de pollo (el hueso más grande) en un frasco pequeño lleno de vinagre suficiente para cubrir completamente el hueso. Cubra el frasco y déjelo reposar durante dos semanas.
Cuando usted quite el hueso del vinagre después de dos semanas, ¡encontrará que se ha vuelto tan flexible que será capaz de atarlo en un nudo! ¿Qué pasó? El vinagre contiene un ácido (ácido acético) que disuelve completamente cualquier mineral en el hueso, dejando el material orgánico flexible, que es el 95% de colágeno. Esencialmente, usted ha producido un hueso de cuero. Imagínese cómo sería si todos los huesos de su cuerpo fueran así, y luego dele a Dios gracias por el mineral en sus huesos.
Ahora usted podría preguntarse cómo serían los huesos si pudiera eliminar todo el colágeno orgánico (que contiene carbono) y dejar sólo el mineral. Para esto necesitará otra pierna de pollo (la tibia) y la supervisión de un adulto.
Deje que un adulto encienda un fuego en una parrilla de carbón y deje que se queme hasta que brillen los carbones. Luego ponga el hueso directamente sobre los carbones. Permita que el hueso se convierta en ceniza en el fuego. Esto quemará el material orgánico dejando sólo el mineral.
Cuando este hueso se remueva de los carbones (por un adulto) y se deje enfriar, será tan frágil que se romperá fácilmente golpeándolo sobre una superficie dura. Si nuestros huesos fueran así, una sola caída podría romper casi todos los huesos de nuestro cuerpo.
Sólo podemos maravillarnos de la obra de Dios, quien creó una obra maestra de ingeniería como nuestros huesos.