Originally published in Creation 23, no 2 (March 2001): 42-45.
Una de las características más asombrosas que separan al ser humano del reino animal es la capacidad de hablar y el lenguaje. El transmitirnos ideas complejas entre nosotros es algo tan antiguo como el mismo hombre, sin embargo, explicar de dónde procede el lenguaje resulta algo mucho más complicado si tomamos el punto de vista de la evolución ...
Uno de los misterios más grandes de la vida es el origen en lenguaje. Lo utilizamos todos los días ¿pero cómo inició? Durante miles de años el hombre ha buscado la respuesta y hoy en día muchos investigan con presuposiciones de que el desarrollo fue largo y gradual. Pero, ¿es realmente posible?
Hay dos tipos diferentes de sonidos: los primeros son aquellos que se producen con la vibración de las cuerdas vocales y los segundos son los sonidos de siseos y leves explosiones provocados por los obstáculos y espacios que el aire encuentra a través de nuestra garganta y boca antes de salir al exterior. Estos sonidos son modificados según la forma y tamaño de las cavidades que la corriente de aire atraviesa y en las que éste resuena. Los podemos controlar utilizando los músculos de la garganta, quijada, lengua y labios. El cerebro envía las órdenes a estos músculos; para que se muevan de manera que cada sonido es emitido sucesivamente tal y como deseamos.
Es obvio que todo esto no tendría ninguna razón de ser si al mismo tiempo no dispusiésemos de la capacidad de escuchar esos sonidos y de interpretarlos de manera que tengan sentido. Dada la complejidad del oído humano, no voy a tratar de explicar su funcionamiento en este artículo, y es que a la ciencia aún le queda un largo camino por recorrer antes de llegar a comprender la manera en la que el cerebro interpreta y procesa los sonidos para descodificarlos y llegar a relacionarlos con su significado. Tiene que haber un sistema que produzca sonidos y otro que los reciba e interprete, por lo que todo este sistema fisiológico ha de funcionar completamente para que la comunicación a través del lenguaje, tenga éxito. Esto hace que resulte increíble creer que desarrollamos esta capacidad 'pasito a pasito' a través de probabilidades y tiempo. Sólo la mano del Dios omnisciente, nuestro Creador, pudo diseñar la información necesaria para que esas estructuras se desarrollen en el cuerpo humano mientras éste se forma
El lenguaje es un sistema de símbolos que representan cosas e ideas. El ejemplo más claro de los símbolos del lenguaje son los sonidos que emitimos, la sucesión de los cuales expresa una idea. Sin embargo también está el lenguaje escrito, como el que usted está leyendo ahora mismo o el lenguaje de signos utilizado por los sordos. Siempre será posible intercambiar ideas e información cuando hayan dos o más personas que compartan un mismo sistema de símbolos, sin embargo, si dos individuos no comparten el mismo sistema, no podrán intercambiar gran cosa. La mayoría de nosotros hemos escuchado alguna vez a alguien hablar en una lengua extranjera y sabemos cuan complicado es entender aun las cosas más simples; pero cuando alguien nos habla en nuestro propio idioma, podemos compartir hasta las cosas más complicadas.
Al hablar, producimos secuencias de sonidos que codifican un significado. A las unidades individuales del habla las llamamos 'palabras', que juntamos y ordenamos de manera que tengan sentido (1).Cada una de esas palabras puede representar un concepto, una cosa, una acción o la relación que hay entre otras palabras. Además, la manera de decir esas palabras puede expresar como nos sentimos en relación con lo que decimos, ya sea enfatizando una palabra o variando el volumen de la voz.
El orden en el que decimos las palabras es un aspecto que cubre la gramática. Todos los idiomas tienen una gramática propia que pueden llegar a ser muy diferentes.(2) Para aprender un idioma hemos de alcanzar un buen conocimiento de la manera correcta en la que se estructura dicha lengua para que, cuando queramos comunicarnos, el mensaje que emitamos pueda ser comprendido por el receptor. No tendría ningún sentido usar el modelo gramatical de otra lengua, ya que lo que obtendríamos sería un mensaje bastante extraño para el receptor y puede que se adulterara completamente el sentido de lo que queríamos decir.
La Biblia no dice en ninguna parte cómo empezó el lenguaje; es más, se da la impresión de que su existencia es aceptada desde el principio, incluso antes de la Creación. El primer día de la Creación, Dios dijo : 'Sea la luz' (Génesis 1:3), y la luz existió. De igual manera, Dios dijo otras cosas y fueron hechas según las decía.
Los evolucionistas suelen afirmar que las lenguas evolucionaron de los gruñidos de los animales. Algunos incluso afirman que el continuo desarrollo de las lenguas es igual que la evolución biológica. Sin embargo las observaciones más recientes, nos muestran un panorama bastante diferente.
En primer lugar, las lenguas más antiguas eran realmente complejas y estaban repletas de desinencias de género, número, y persona. No hay nada que sugiera que las lenguas se han vuelto más complejas con el paso de los años. Es más, en la familia indoeuropea, el sánscrito, el griego clásico y el latín, encontramos un gran número de desinencias nominales (género y número) y verbales (tiempo, voz, número y persona); mientras que los descendientes modernos de dichas lenguas han reducido en gran número estas desinencias. Como por ejemplo el inglés, que ha perdido casi todas ellas a excepción de algunos posesivos. Es decir, las lenguas se han ido simplificando, lo cual es opuesto a lo que dicta la evolución.
El inglés actual ha perdido entre un 65% y un 85% del vocabulario del inglés antiguo. Del mismo modo, las lenguas romances como el español, francés o italiano, han perdido mucho del vocabulario del latín clásico.
En segundo lugar, la mayoría de cambios que se han ido produciendo, no han sido fruto de la casualidad sino de nuestra inteligencia. Por ejemplo, las palabras compuestas formadas por otras simples y derivándolas a través de los afijos, cambios de significado y préstamos de otras lenguas, incluyendo calcos ( una palabra compuesta de otro idioma, trasladada a otro mediante la traducción de cada palabra simple que la compone y la posterior unión.). Hay también otro tipo de cambios, pero que de ningún modo son fruto del azar, como las variaciones sistemáticas de sonidos, por ejemplo las descritas por Grimm (que relaciona muchas palabras alemanas con otras latinas y griegas).
Fuente:
Steel, A.K. The development of languages is nothing
like biological evolution (La evolución biológica
es totalmente diferente al desarrollo de los idiomas), revista
CEN Tech J. 14(2):31-40, 2000.
No nos sorprende entonces cuando esto nos muestra que Dios ya tenía una manera de auto-expresión o lenguaje que podía utilizar. Lo importante para nosotros no es saber qué forma utilizó Dios para expresar su voluntad durante la Creación, el autor del Génesis simplemente ha dejado testimonio escrito en sus propias palabras el hecho de que Dios habló y el contenido de lo que dijo.
El poder comunicarnos entre nosotros y con Dios de la manera singular en la que lo hacemos es un reflejo de la propia capacidad de Dios, ya que hemos sido creados a Su imagen. Él es la respuesta a nuestra capacidad para comunicarnos mediante el lenguaje.
Dios se comunicaba con Adán y Eva. Desde el principio les dijo que debían fructificar y multiplicarse (Génesis 1:28), también les dio instrucciones sobre lo que podían o no comer y otros puntos registrados principalmente en Génesis 3.
Los seres humanos eran capaces de utilizar el lenguaje desde el principio.
Está claro que Adán y Eva compartían la capacidad de comunicarse con Dios, dado que hablaban con Él. Ese lenguaje que utilizaban había de ser lo suficientemente complejo como para entender todas las cosas que Dios les estaba diciendo; por lo que, a diferencia de toda su descendencia, tenía que haber sido un lenguaje preprogramado.(3) Del mismo modo, debían entender los patrones de gramática; a pesar de quizá no disponer de un vocabulario completo desde el principio. Esto nos lleva a pensar que el lenguaje original debió ser algo más que unos simples gruñidos y graznidos.(4)
Génesis nos narra como Dios daba nombre a algunas de las cosas que creaba, como a la luz 'día' y a la oscuridad 'noche', y también los cielos, la Tierra y los mares. Es más, a pesar de que el primer libro de la Biblia no declara que Dios diese nombre a las estrellas, Isaías 40:26 nos dice que Él llama a cada una por su nombre.
Por otra parte, Adán dio nombre a las aves y animales (Génesis 2:19), y fue él quien dio nombre a la mujer. Adán dio nombre a muchos de los seres vivos (probablemente sólo incluye a vertebrados terrestres), como el ganado, aves, entre otros; por esta razón decimos que su vocabulario creció tanto.
En la antigüedad, dar nombre a alguien o a alguna cosa se entendía como un símbolo de autoridad. Podemos leer en estos versículos que Dios ejerce su autoridad sobre el día, la noche, el cielo y su ejército, la Tierra y los mares. Cuando Adán nombró a los pájaros y animales, él estaba ejerciendo la autoridad que Dios le había otorgado en Génesis 1:28 para que señorease sobre todo ser viviente y, cuando dio nombre a la mujer (en hebreo ishshah ) en Génesis 2:23, se deduce que Adán debía ser la cabeza en el matrimonio aún antes de la Caída.
La primera forma de comunicación entre Adán y Eva debió ser un lenguaje completamente útil desde el principio, aunque no tendría todas las palabras; tal y como ocurre hoy en día, que tenemos un lenguaje completo aunque se añaden palabras constantemente que sirven para nombrar nuevos inventos, descubrimientos y nuevas actividades que hacemos y observamos. Por ello, la gramática es un elemento de la lengua bastante independiente del léxico, este elemento fue lo que Dios dio a Adán y Eva con las palabras necesarias para entender las instrucciones que les quería dar y para tener comunión con ellos y, según ellos veían la necesidad, añadir las palabras que necesitaran.
Un niño sin ningún problema grave, aprende la gramática de su lengua, sea cual ésta sea, en sus primeros años de vida. Es maravilloso ver a uno de estos pequeños aprender a hablar, es un milagro que se produce delante de nuestros ojos. Los expertos dicen que a la edad de cinco años se está preparado para usar todo el modelo gramatical de la lengua materna(5) y, aunque se continúan aprendiendo nuevas palabras con posterioridad, sobre todo en la adolescencia, la gramática ya ha sido establecida.
Los hijos que tienen una lengua materna diferente a la que habla la sociedad que los rodea aprenden ambas gramáticas aparentemente con la misma facilidad, a pesar de que al principio les cueste relacionar cada gramática con su léxico. No obstante, un adulto que intenta aprender una gramática y una fonética diferente a la de su lengua materna puede encontrarse con problemas que le impidan adoptar completamente el otro modelo.
Aunque desconocemos cuál era y la Biblia no nos lo dice, tal como narra Génesis 11:6, en los tiempos de la Torre de Babel, toda la tierra hablaba una sola lengua. Desde la antigüedad, el ser humano ha tratado de averiguar qué lengua era, y para ello se han llevado a cabo diversos experimentos, como el del faraón Psammetichus (664-610 AC)(6). Se dice que el experimento consistía en dejar a dos bebés al cuidado de un sirviente mudo y partían del supuesto de que, al no tener contacto con ninguna lengua, la primera palabra con sentido que dijesen indicaría cual fue el idioma original. Finalmente, uno de ellos dijo 'bekos', que es la palabra para 'pan' del frigio, así que el experimentó llegó a la conclusión que el frigio fue el lenguaje primitivo.
A través de los años, muchos otros han pensado que podían discernir el lenguaje original a través de lo que percibían como perfecciones del lenguaje actual, pero cada lengua viva cambia con el tiempo. Por esto es bueno tener una traducción de la Biblia cada cuarto de siglo, para que cambios en la comunicación queden plasmados (naturalmente con absoluta fidelidad al texto bíblico original). Por lo tanto, podemos estar bastante seguros de que las lenguas habladas hoy no son las mismas que la primitiva hablada hace miles de años.
Las lenguas modernas son tan diferentes unas de otras que es imposible encontrar un ancestro común, incluso las lenguas antiguas son tan diferentes entre ellas que tampoco es posible. El hebreo con el que el Génesis está escrito es antiguo, sin embargo no podemos concluir que fue la primera lengua.(7) Lo que sí sabemos es que en Babel se crearon muchas nuevas lenguas por lo que no hay un único ancestro para los idiomas modernos, aunque cada una de esas lenguas ancestrales se diversificaron en muchas ramas creando, de ese modo, las familias lingüísticas.
Lo que es relevante es que tenemos el mensaje de Dios escrito para nuestra enseñanza (Romanos 15:4). Podemos entender y aprender de Dios a través de ese mensaje, ya que ha sido traducido a nuestro propio idioma.
Demos gracias a Dios por darnos este gran don y, obedeciendo
el mandato de Jesús en Mateo 28:19-20, usémoslo
para hablar a otros de Su grandeza, poder y amor redentor.
Inglés: My son loves your daughter ( Mi hijo ama a tu
hija)
..Sujeto- Verbo- Objeto
Latín: Filius meus filiam tuam amat
Son my daughter your loves (Hijo mío
hija tuya ama)
Sujeto- Objeto- Verbo-
Estas dos oraciones dicen lo mismo, sin embargo sus estructuras son diferentes. Por ejemplo:
Por otro lado, el hebreo difiere de ambos y coloca el verbo antes que el sujeto y marca con un prefijo el objeto del verbo:
Bara elohim eth-hash-shamayim w-eth-ha-arets
Verbo-Creo Dios obj-los-cielos y-obj-la-tierra
'Creó Dios los cielos y la tierra'