Advertencia a los padres y a personas sensibles acerca de la naturaleza emocional y espeluznante de parte del contenido de lo que desafortunadamente debemos discutir en este artículo.
La defensa por el aborto ha inundado los medios sociales por la reciente decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de devolverle el poder a cada estado del país sobre regular esta práctica mortal. Gran parte de la defensa al aborto aparece en forma de publicaciones virales que contienen historias emocionales (tales como la publicación a la que estamos respondiendo en esta serie de artículos) cuyo propósito es persuadir al lector que el aborto debe permanecer legalizado y de fácil acceso para resolver situaciones como estas.
Ya hemos tratado el caso de “embarazos inconvenientes”. En este artículo trataremos la violación, el incesto y el abuso. ¿Es el aborto una elección moral en casos horribles como estos?
La violación, el incesto y el abuso son frecuentemente considerados “casos difíciles” con respecto al aborto. Muchos estados de los Estados Unidos y países que restringen el aborto hacen excepciones en casos de violación e incesto. Sin embargo, consideremos este escenario antes de abordar estos temas: una mujer está embarazada y visita a su doctor para el escaneo anatómico de las veinte semanas. Es este escaneo el que frecuentemente revela a los padres si el niño es un pequeño niño o una pequeña niña. Esta madre y este padre descubren que su bebé es una niña e inmediatamente programan un aborto—ellos querían un niño. La mayoría de la gente (aunque no toda) estaría horrorizada inmediatamente de que alguien abortara simplemente porque el bebé no tiene el sexo que los padres desean. ¿Por qué? Pues bien, según explica Live Action.
Si una madre decidió abortar porque está embarazada con una niña y ella quiere un niño varón, ¿No es obvio que está mal asesinar a una niña simplemente por su sexo? De hecho, podemos rápidamente llegar a la conclusión porque los derechos humanos no están basados en el sexo de una persona; están basados en la humanidad de la persona. Entonces, aun en situaciones extremadanamente desafiantes—tales como violación e incesto— Los derechos humanos de un ser humano aun no nacido son tan validos como los de cualquier otro.1
Ese bebé es una persona quien merece vivir simplemente porque él o ella es un ser humano hecho por Dios y a su imagen.
Las circunstancias—sin importar que tan dolorosas, desafiantes, o complejas—no niegan ni cambian el valor de la persona que está en el vientre, así como tampoco lo hace su sexo. La persona no nacida en una situación desafiante no es simplemente una acumulación de células, un “embarazo”, o simplemente la consecuencia de las acciones de una persona. Ese bebé es una persona quien merece vivir simplemente porque él o ella es un ser humano hecho por Dios y a su imagen.
Ciertamente profundizaremos más allá de lo que Live Action lo ha hecho y diremos que los derechos humanos no están cimentados en el sexo (genero) de una persona o simplemente en su “humanidad” en general sino más bien en lo que nos hace únicos como humanos: llevar la imagen de Dios (Génesis 1:27).
La publicación viral a la que estamos respondiendo afirma:
Soy pro-Susan quien fue asaltada sexualmente cuando iba camino a casa después del trabajo, solo para llegar al horrible descubrimiento de que su asaltante implantó su semen en ella al recibir el resultado positivo en la prueba de embarazo un mes después.
La historia de Susan es realmente espantosa—la violación y asalto sexual son crímenes despiadados (bajo la ley mosaica, las violaciones cargaban la pena de muerte para el violador—Dios toma el delito de violación seriamente). La violación debe ser investigada, y el violador perseguido al máximo grado permitido por la ley por el tratamiento egoísta y violento hacia una persona hecha a la imagen de Dios. ¿Pero qué pasa con el bebé?
El violador debe pagar por sus crímenes—no el niño inocente que aún no ha nacido. ¿En cuál escenario castigamos a un niño por los crímenes de su padre? Pero para aquellos que promueven el aborto en el caso de una violación, el bebé paga el máximo precio—su propia vida—mientras el padre, el cual es el verdadero criminal, recibe una pena menor aquí en Estados Unidos.
¿En cuál escenario castigamos a un niño por los crímenes de su padre?
Es importante destacar que el Artículo 6 (5) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que “No se impondrá la pena de muerte … a las mujeres en estado de gravidez”.2 En otras palabras, un niño inocente no debe morir por los crímenes de su madre… y sin embargo, muchos promotores del aborto dicen que es aceptable que el niño muera por los crímenes del padre (Irónicamente Las Naciones Unidas reconoce la humanidad de un niño no nacido al referirse a la pena de muerte, pero se rehúsa inconsistentemente a reconocer la humanidad de un niño que no ha nacido al llamar al aborto “un derecho humano”3)
El caso de Susan es desgarrador, y su vida ha dado un vuelco total (por decirlo suavemente) debido a las acciones despreciables de un hombre indiferente y degradado. Sin embargo, la violencia que produce el aborto no es la respuesta a la acción violenta del violador. Compasión, apoyo, ayuda práctica, y la esperanza sanadora de las Escrituras son las respuestas que Susan necesita—no la muerte medicalizada de su niño.
El valor de una vida no es basado en la manera en que la vida fue concebida. Es fundamentado en el valor incalculable de un ser hecho a la imagen de Dios.
Soy pro-pequeña Cathy, a quien le fue usurpada su inocencia por alguien en quien ella hubiera debido poder confiar, y su cuerpo de 11 años no está lo suficientemente maduro para soportar la consecuencia de esa traición.
Esta es otra circunstancia nauseabunda—una pequeña y preciosa niña abusada horriblemente por un miembro de la familia o por otra persona en una posición de confianza. Una historia similar a la de Cathy referente a una niña de 10 años, en Ohio, Estados Unidos,4 circuló ampliamente después de que Roe v. Wade fue abolida (la historia originalmente fue considerada muy sospechosa debido a la falta de detalles, pero desde entonces, se ha dado a conocer que el novio de la madre de la niña ha confesado cometer dos violaciones y se enfrenta ahora a la pena de muerte). Muchos defensores del aborto también hacen referencia a un caso de 2015 en el que una niña de 10 años, en Paraguay, quedó embarazada al ser violada (también por el novio de su madre).5
En el caso de la joven niña de Ohio, la vida del bebé fue terminada por un doctor que practica el aborto en Indiana. En el caso de la joven niña del Paraguay a pesar de la incesante presión internacional, la bebe no fue abortada y eventualmente nació sana vía cesárea.6 ¿Es el aborto justificado en casos como estos?
El valor de una vida no se determina en base a la forma en que la vida fue concebida.
De nuevo, ¡No! El valor de una vida no se determina en base a la forma en que la vida fue concebida. Como ya se dijo, el niño no debe pagar por los pecados del padre. El abuso sexual es un mal muy grande—el abuso sexual por un miembro de la familia o de otra persona en la que se ha depositado confianza es inclusive más repulsivo. Estas son circunstancias que nadie desea, y los culpables deben ser perseguidos con todo el peso de la ley por sus crímenes. Pero una vez más, el bebé en el vientre no tiene la culpa de nada aparte de existir, ¡y esa no es una razón para terminar con la vida de alguien!
Cathy (tal como la preciosa niña del Paraguay) necesita cuidado médico apropiado y vigilante, y seguramente labor de parto temprano (probablemente con procedimiento de cesárea) para asegurar su seguridad. Pero inducir labor de parto temprano (el cual acarrea riesgos para el bebé) no es lo mismo que terminar la vida del bebé con intensión y violencia. En este escenario, la vida de Cathy es valorada y protegida, así como la vida de su precioso bebé que no ha nacido. Ambos, la madre (de por sí una niña) y el bebé nonato son personas que merecen cuidado y el derecho a la vida.
Antes de continuar con el tema del abuso, quiero destacar que las circunstancias arriba descritas no son realmente poco comunes, representando un escaso 1,5% de los abortos que ocurren en los Estados Unidos (de acuerdo con el Instituto Guttmacher, el cual es proaborto)7 Los promotores del aborto los mencionan frecuentemente para argumentar que el aborto debe mantenerse legal y asequible, pero ellos no quieren limitarse simplemente a estos infrecuentes casos. Ellos quieren el aborto por demanda cualquiera que sea la razón, en cualquier punto del embarazo. Ellos están argumentando lo que es muy poco común para así convertirlo en común. Es un engaño que apela a las emociones y a la ausencia de un profundo pensamiento moral o a un razonamiento apropiadamente compasivo.
Yo soy pro-Jessica quien FINALMENTE está adquiriendo la fortaleza para alejarse de su esposo, quien la abusa físicamente, tan solo para darse cuenta de que está cargando en su vientre el hijo de ese monstruo.
Hay tres formas de ver la triste historia de Jessica. (1) ¿Hace justificable el aborto la probabilidad de que el niño sea abusado (o que viva en pobreza, el cual es un argumento similar al que los promotores del aborto presentan)? (2) ¿La dificultad de escapar de un hombre violento y cargar con un niño de ese hombre hace que el aborto sea tanto necesario como moral? (3) ¿Qué pasa si ese niño le recuerda a la madre constantemente a su abusador y su pasado (este argumento es también utilizado a menudo en casos de violación)? ¿Justifica el aborto el potencial de que la madre sufra angustia mental?
Empecemos con el primer punto de vista. En un mundo quebrantado, mujeres y niños, así como hombres sufren abuso doméstico. Lamentablemente, si el esposo de Jessica la está abusando físicamente, seguramente también abusará a su niño(a) o tal vez ese(a) pequeño(a) crecerá siguiendo los pasos de agresividad de su padre. Es una situación lamentable. ¿Pero es la respuesta correcta al abuso el asesinar a aquellos que lo sufren o pudieran convertirse en abusadores algún día?
Cuando las autoridades son alertadas de un caso de abuso doméstico, ellos no buscan a los miembros de la familia y matan a la madre y a los hijos para asegurarse de que no vuelvan a ser abusados o para garantizar que ellos no abusen a alguien más. ¡Las autoridades dentro de sus capacidades, persiguen al abusador! ¿Por qué? ¡Porque la adecuada respuesta al abuso no es el asesinar a aquellos que lo sufren! La respuesta adecuada es el castigar al abusador debido a su violencia.
Un bebé no nacido no debería morir para evitar el abuso en el futuro (el cual puede o no ocurrir; ningún ser humano conoce el futuro) del mismo modo una persona ya nacida tampoco debería morir para evitar el abuso. ¡Hay soluciones mucho mejores para tratar el abuso que asesinar a niños inocentes quienes son víctimas potenciales! Esta línea de defensa del aborto no es compasiva—es diabólica en todo sentido y añade más violencia a la violencia. (Y el mismo pensamiento va para el argumento de la pobreza—¡no destruimos poblaciones enteras de gente empobrecida para terminar con la pobreza! —aunque este era el pensar detrás de la eugenesia del siglo XIX, la cual inspiró el aborto por demanda de nuestros tiempos).
Repito de nuevo, el valor y el derecho a la vida de una persona no están basados en las circunstancias en las que nacerá (o posiblemente nazcan). —son basados en su estatus de llevar la imagen de Dios su Creador (Génesis 1:27; Salmo 139).
Para el segundo escenario, tal vez ahora Jessica sea más reticente a buscar seguridad física porque la situación se ha complicado debido al embarazo y al bebé. Primero que todo, lo opuesto puede ser verdad—Jessica es ahora responsable por la vida de otra persona, y esto tal vez le dé la valentía adicional que necesita para protegerse a sí misma y a su bebé asegurándose de que los crímenes de su marido sean debidamente perseguidos por la ley. Pero tal vez eso no ocurra. ¿Se justifica que Jessica recurra al aborto?
Pensemos en la historia de Jessica de esta manera: Jessica no está embarazada, ella tiene una pequeña niña sana de dos años con pelo negro y los ojos cafés. Sería más difícil para ella salir con una niña de dos años, cuidarla y proveer por sus necesidades. Justificaremos a Jessica si: (a) ¿escapa pero deja a su niña con ese padre abusivo?, ó (b) ¿Envenena y desmiembra (las acciones que se llevan a cabo durante un aborto médico o quirúrgico8) a su niña para que la fuga del peligro sea más fácil? ¡Cualquier persona racional con un mínimo de conciencia retrocedería ante cualquiera de estos escenarios! Y sin embargo la naturaleza oculta en el vientre y el ambiente esterilizado de una clínica abortiva hace del asesinato de un bebé una acción más aceptable para algunos.
No, Jessica no está justificada al quitarle la vida a su bebé no nacido para poder escapar del abuso. Ella debería buscar tanto su propia seguridad física como la de su precioso bebé.
Finalmente, el tercer escenario: Para Jessica, el bebé sería un doloroso recuerdo de su pasado. Por supuesto lo contrario también puede pasar—esta niña le sirve como un dulce recuerdo de la belleza y el amor que pueden resultar del dolor y el quebrantamiento para ella o para una familia adoptiva (la madre debe escoger su futura visión de la vida que Dios le ha dado). Sin embargo, poniendo esto a un lado, consideremos el escenario descrito arriba —¿Estaría la madre justificada al matar a un niño que ya ha nacido porque el niño le recuerda demasiado a alguien que le causó dolor? ¡No! La mayoría de la gente justamente reconoce lo diabólico que esto sería. Pero ese niño es el mismo niño en el vientre y fuera del vientre. La única diferencia es el lugar y el nivel de habilidad—¡y ninguno de estos determina que es ser un ser humano! Ese bebé es una persona, y quitarle la vida, en cualquier etapa de su vida, es asesinato.
De ninguna manera el argumentar que la vida de un bebé no nacido se debe preservar, remueve o disminuye el horror de cada uno de estos escenarios. Todos son verdaderamente repugnantes y el resultado de vivir en un mundo depravado, abatido por los efectos del pecado y los corazones muertos a los asuntos de Dios, incluyendo la consciencia que nos ha dado. Cada una de las circunstancias discutidas es compleja y ciertamente muy distante del ideal de Dios, pero circunstancias horribles no hacen que el asesinato de un niño inocente sea moralmente aceptable.
pero circunstancias horribles no hacen que el asesinato de un niño inocente sea moralmente aceptable.
En vez de tratar de “remover” rápidamente la consecuencia más visible de las acciones de hombres diabólicos al cometer un crimen aún más violento (asesinato), debemos apoyar a las mujeres que tanto han sufrido y ayudarlas a encontrar esperanza, sanación y un nuevo plan para el futuro en medio de la turbulencia y el dolor que están sufriendo.