Una palabra de reflexión para nuestros jóvenes.
Antes de salir corriendo y seguir a la multitud, toma un minuto para considerar: ¿Cuánto valoras tu pureza? ¿La valoras como si fuera una taza de papel sin valor o una hermosa taza de porcelana?
La santidad de Dios es mucho más que la ausencia del pecado.
Nuestro Creador nos dice que seamos santos porque Él es santo. La santidad de Dios es mucho más que la ausencia del pecado. Cuando las huestes celestiales cantan "santo, santo, santo", no están diciendo "sin pecado, sin pecado, sin pecado", sino que lo alaban porque Él es único. ¡No hay nadie como nuestro Dios! Dios quiere que sus hijos sean santos, únicos, distintos y diferentes a aquellos que rechazan la verdad de Su Palabra.
Los jóvenes de hoy son presionados a ajustarse a ciertas normas sociales, a encajar en ciertos grupos y perder su testimonio cristiano. Una batalla específica es la santidad de la pureza. Tu pureza es valiosa para Dios; tu pureza es valiosa para tus padres; y tu pureza es valiosa para tu futuro esposo o esposa. La pregunta que sigue es, ¿cuánto valoras tú, tu pureza?
Dios nos recuerda en 1 Tesalonicenses 4: 3–5, “Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación, que os apartéis de la fornicación, que cada uno de vosotros sepa cómo tener su propio vaso en santidad y honor; no con pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios.” (Biblia Textual 3a Edición)
Respondamos a dos simples preguntas de estos versículos.
Pregunta: ¿Cuál es la voluntad de Dios para tu vida?
Respuesta: Tu santificación; tu santidad; honorar tu pureza; no permitir que la inmoralidad, la sensualidad o pensamientos malvados te controlen; rechazar vivir como aquellos que no conocen al Dios de la Biblia. Cualquiera puede vivir una vida de pensamientos sucios, es fácil. Cualquiera puede ceder a involucrarse físicamente antes del matrimonio, esto también es fácil. Solo aquellos que realmente quieren agradar a Dios y hacer Su voluntad están dispuestos a ser diferentes y permanecer puros en un mundo impuro.
Pregunta: ¿Cómo debes de valorar la pureza en tu vida y mente?
Respuesta: ¡Con honor! ¡Con santidad! Algunas personas ven su pureza como una taza de papel: para usar, abusar y desechar. Básicamente algo sin valor. Otros ven su pureza como una taza de porcelana, de inestimable valor. Cuando servía el té en las fiestas de té de mi hija (a veces con sus amigas y otras con muñecas y ositos de peluche) manipulaba esas hermosas y delicadas tazas de porcelana con mucho cuidado. Eran valiosas, y así las trataba. ¿Cómo valoras la santidad de tu pureza? ¿Como una taza de papel sin valor o una taza de porcelana de inestimable valor?
¿Cómo valoras la pureza en tu entretenimiento? ¿Cómo valoras la pureza en tus conversaciones, textos y publicaciones de Facebook? ¿Cómo valoras tu pureza cuando estás solo con el sexo opuesto? ¿Cómo una taza de papel sin valor o una taza de porcelana de inestimable valor?
¡Eres valioso para tu Creador! La santidad de tu pureza es importante para Él. Jesucristo, tu Creador, pagó el precio máximo por tu salvación. ¿No deberías valorarte como Él te valora a ti? Sé santo, porque tu Dios maravilloso, amoroso y perdonador es santo.
Human life is sacred, from conception until the day we die. This issue focuses on a creation-based understanding of the sanctity of life and mankind’s violation of the Creator’s clear directives. Feature articles explain when life truly begins, the shocking reality of human trafficking even in the West, and end-of-life decisions, such as living wills. Don’t miss this informative, edifying, and challenging issue!
Browse Issue Subscribe