La fe de Abraham

Algunas personas equiparan la fe con el optimismo ciego de que la suerte acabará cambiando. Pero la fe bíblica tiene su fundamento en nuestro buen Dios y en sus promesas, y depende en última instancia del Evangelio y del plan redentor de Dios para la creación que se consumará en los nuevos cielos y la nueva tierra.

Desde la promesa a Eva de que uno de sus descendientes derrotaría a la serpiente, quedó claro en la narración bíblica qué línea era portadora de esa promesa. Después de que Caín asesinara al justo Abel, Set se convirtió en el heredero de la promesa. Se reveló que varios setitas tenían fe en Dios, culminando en Noé, quien luego indicó que la línea de la promesa correría a través de su hijo Sem.

Pero en Babel, las naciones se dispersaron sin ninguna indicación clara de hacia dónde iría la línea de la promesa a partir de ahí. La rebelión universal se encontró con un juicio aparentemente universal. Varias generaciones después, Dios reveló que crearía una nueva nación a partir de Abraham, descendiente de Sem, y su descendencia.

Abraham no era especial; era idólatra antes de que Dios se le revelara (Josué 24:2-3). Pero obedeció y se marchó a una tierra alejada de su familia, basándose en la promesa de que Dios le establecería allí. Además, creyó que Dios le bendeciría con un hijo en su vejez.

La verdadera fe de Abraham en Dios lo señaló como el siguiente eslabón de la línea de la promesa y lo convirtió en el padre de todos los que tienen fe.

La verdadera fe de Abraham en Dios lo señaló como el siguiente eslabón de la línea de la promesa y lo convirtió en el padre de todos los que tienen fe. Es notable que Abraham tenía mucha menos revelación de Dios que nosotros hoy en día. No tenía la ley mosaica ni ninguna Escritura escrita. Como su familia era idólatra, no está claro qué conocimiento del Dios verdadero tenían. Pero Abraham creyó en la revelación que tuvo y respondió con obediencia.

Abraham no era un hombre perfecto. En lugar de confiar en Dios, mintió dos veces sobre su relación con Sara, poniéndola en peligro las dos veces. Cuando se impacientaron por lo mucho que tardaban en tener un hijo, Abraham tomó cartas en el asunto y tuvo a Ismael. En lugar de criticar a Abraham, esto debería animarnos porque, como Abraham, nuestra fe es imperfecta en el mejor de los casos.

Hoy en día, los creyentes tienen la revelación completa de la Palabra de Dios, estamos limpios por el sacrificio único de Cristo, y estamos habitados por el Espíritu Santo que nos ayuda a entender y obedecer la Palabra de Dios. Esta es una abundancia de riquezas espirituales que Abraham sólo podía anticipar y esperar.

Lectura bíblica: Romanos 4:1-25

Pregunta para el debate/reflexión: ¿En qué se diferencia la fe bíblica de la fe de los creyentes de otras religiones?

Sugerencia de oración: Ora sobre cualquier área en la que tu fe pueda ser débil y pídele a Dios que fortalezca tu fe.