De vez en cuando, uno escucha que las computadoras de la NASA han probado el hecho del día inusual que acompañó la Batalla de Gabaón encontrada en Josué 10:12-14. Esta pequeña historia maravillosa sobre las computadoras de la NASA comenzó a circularse a fines de los 1960s y a principios de los 1970s, durante el pináculo del programa de Apollo. De acuerdo con la historia, en preparación para los aterrizajes de Apollo en la luna, una computadora de la NASA calculó las posiciones de la tierra, la luna, y otros cuerpos del sistema solar con gran precisión que data más allá del pasado y el futuro.
Este programa de computación produjo una falla en el siglo quince antes de Cristo, una falla producida porque los cuerpos del sistema solar no estaban alineados en la posición correcta, indicando que casi un día entero faltaba en el tiempo. Además, un período de 40 minutos también faltaba varios siglos después, haciendo que el total de tiempo perdido fuera un día entero.
Supuestamente, los científicos e ingenieros de la NASA estaban desconcertados sobre este problema hasta que uno abrió la Biblia a Josué 10:12–14 y 2 Reyes 20:8–11. El personal de la NASA supuestamente llegó a darse cuenta de que el día que faltaba podría ser explicado por la adición de casi un día entero en el tiempo de Josué y de 40 minutos adicionales en el tiempo de Ezequías, probando que los eventos bíblicos de verdad ocurrieron.
Esta historia fue publicada en algunos periódicos del tiempo, pero disfrutó de amplia circulación entre los cristianos en los Estados Unidos. Es menos común en los Estados Unidos ahora, pero aparentemente esta historia comenzó a circularse en otras partes del mundo. Hace aproximadamente más de medio siglo, las computadoras eran un poco misteriosas y mucha gente pensaba que las computadoras podían hacer casi cualquier cosa. Ahora las personas no piensan eso, pero la historia continúa circulándose, primeramente porque ha estado en circulación por tanto tiempo y ha aparecido en tantos recursos que es fácil encontrar referencias sobre la historia.
La persona que parece ser responsable por esta historia es Harold Hill, el presidente de la compañía Curtis Engine a fies de los 1960s. Hill contó la historia muchas veces antes de someterla finalmente a impresión en 1974 en el libro, Cómo vivir como el hijo de un rey. La compañía de Hill había hecho trabajos para la NASA durante el programa Apollo, y Hill afirmó que durante este tiempo él se dio cuenta durante su trabajo con la NASA de la confirmación de la computadora sobre el día largo de Josué. En algunas versiones de la historia, Hill trabajó para la NASA, pero él verdaderamente nunca trabajó para ellos. Además, el tipo de trabajo que la compañía de Hill hacía no lo hubiera puesto en una posición en la cual tuviera acceso a este tipo de información. Hill confirmó haber visto una documentación de este supuesto evento en un memorándum de la NASA, pero Hill no podía reproducir el memorándum. Alguna gente especula que si Hill de verdad vio este memorándum, podría haber sido una broma.
El problema con esta historia es que una computadora no pudo encontrar tal diferencia en las posiciones de los cuerpos del sistema solar.
El problema con esta historia es que una computadora no pudo encontrar tal diferencia en las posiciones de los cuerpos del sistema solar. Para que una diferencia pudiera ser encontrada, tendríamos que saber exactamente dónde estaban las cosas en algún tiempo en el pasado antes del día largo de Josué, para que las posiciones calculadas pudieran ser comparadas. Una computadora sólo puede calcular dónde deberían haber estado las cosas en el pasado; no puede calcular dónde estaban las cosas exactamente para poder hacer una comparación. Las computadoras pueden ser usadas para calcular cuánto ha disminuido la rotación de la tierra en el último siglo debido a la interacción de la marea entre la tierra y la luna. Si la rotación del planeta estuviera ausente, podríamos calcular en el pasado cuándo y dónde deberían de haber ocurrido en la tierra eclipses totales solares. De récords históricos sabemos cuándo y dónde fueron observados ciertos eclipses solares. De esta diferencia, podemos medir cuánto ha disminuido la rotación de la tierra. Sin embargo, en el caso de la historia de la computadora de Hill, tal comparación no es posible, porque no tenemos información de la localización de varios cuerpos del sistema solar en un momento anterior.
Esta historia no es nueva, sino que es un moderno recuento de una historia mucho más antigua. En los 1930s, Harry Rimmer referenció cómo la ciencia había probado el día ausente de Josué, y esta historia continuó relatándose en círculos cristianos por muchas décadas. La mención de Rimmer sobre esto pudiera haber sido el origen de la historia de Hill. Rimmer basó su declaración en un libro de 1890 por C. A. L. Totten, El día largo de Josué y el reloj de Asaz, una validación científica y “un grito de la medianoche”. Totten hizo una computación muy elaborada de la fecha de la batalla de Gabaón desde la creación.
Él razonó que la batalla fue en el día veinte y cuatro del cuarto mes del calendario hebreo civil en el año 2,555 después de la creación. Éste era el día 933,285 desde la creación. De esto, Totten determinó que este día era un martes. Después, Totten calculó para atrás en el tiempo desde junio 17, 1890, hasta la batalla de Gabaón. Él concluyó que la batalla fue hace 1, 217,530 días, en un miércoles. Por lo tanto, faltaba un día. Por supuesto, las computaciones de Totten requerían fechas precisas, algo que la población de hoy encontraría ridículo. Sin embargo, Totten logró obtener una audiencia a fines del siglo 19. Mientras que la mayoría de la gente de hoy no está impresionada con tal enfoque, aparentemente la invocación de una computadora, como en la historia de Hill, es suficiente para convencer a mucha gente hoy en día. Esta historia ha sido desacreditada muchas veces, por lo que es una pena que siga repitiéndose.
El hecho de que las computadoras de la NASA no han probado el día largo de Josué no significa que no hubo un milagro en la batalla de Gabaón según consta en el libro de Josué. Sabemos que la Palabra de Dios es inspirada. Por lo tanto, sabemos que la Biblia tiene autoridad sobre todas las cosas, incluyendo la historia. Ya que Josué 10:12–14 nos dice que Dios hizo este milagro, podemos estar seguros de que Él de verdad hizo este milagro. Como lo describe Josué 10:14: “Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él . . . .”