El descubrimiento de códigos antiguos de la ley y registros históricos que preceden a Moisés han abierto un tesoro escondido de información acerca de la civilización antigua. Pero también propone la pregunta: ¿El relato de quién tiene más autoridad?
El rey babilónico Hammurabi escribió un código de ley que incluía muchas ideas morales aparentemente bíblicas, pero sus escritos fueron hechos antes de que escribiera Moisés los primeros libros de la Biblia. ¿Significa esto que la Biblia tomó prestadas Sus ideas de Hammurabi?
De acuerdo a historiadores seculares y arqueólogos, sí.
A través de la televisión, películas y revistas, estamos constantemente expuestos a leyendas antiguas y tradiciones sobre el hombre prehistórico. Descubrimientos arqueológicos y mitos transmitidos presentan información contradictoria sobre los orígenes del mundo, una inundación mundial, códigos morales y otros numerosos temas relacionados a pueblos antiguos. Estas fuentes son con frecuencia más antiguas que la Biblia, y su antigüedad parece darles más credibilidad – y muchas personas asumen que mayor autoridad – que a la Palabra de Dios.
Por ejemplo, muchas leyendas antiguas describen la creación y un gran diluvio precedente a los escritos de Moisés sobre el Génesis. La gente asume que Moisés tomó prestado de Hammurabi, sincronizó otras leyendas, y organizó su propia versión más civilizada de los antiguos relatos. Si éste es el caso, entonces los primeros libros de la Biblia no son originales y, de este modo, pierden autenticidad y autoridad.
Es cierto que los escritos de Génesis y de la Ley son posteriores a muchas leyendas antiguas y otros registros de historia y leyes antiguas, pero aquí es donde yace la autoridad final: ¿quien escribió primero las palabras en la tabla de barro? O ¿debería ser el énfasis en quien escribió las palabras y si él es la autoridad final?
En los medios, libros de texto y salones de clase, la Palabra de Dios constantemente se pone de lado, socavada por los aparentemente más antiguos, “más auténticos” relatos de tiempos antiguos. Desde el punto de vista del mundo, como Moisés escribió más tarde que otros, su relato no tiene prioridad sobre esos escritores. Y frecuentemente nos sentamos ahí, creyendo que los relatos seculares de la historia se acercan más a los eventos originales, no dándonos cuenta de que la Biblia los contradice. Así como académicos escolares del mundo han usado la ciencia en un atento de socavar la creación supernatural, también usan diferentes relatos de la historia mundial para socavar la autoridad de la Biblia.
Pero sabemos lo que el mundo no puede comprender: Dios es el verdadero autor de la Biblia. Él concibió la Biblia antes de que el mundo empezara (Salmos 119:89). Su exactitud en relevar la verdadera historia y moralidad no dependió del tiempo en que Él dio el texto. Sí, algunos de los instrumentos escogidos de Dios para escribir la Escritura, tal como Moisés, escribió después de otros relatos; pero ¡Dios estuvo ahí primero, en el principio (Génesis 1:1)! Moisés fue simplemente la mano que transcribió la Palabra de Dios. Cada letra vino del Creador mismo. Porque Dios es el autor, el Pentateuco y el resto de la Biblia puede ser considerada como precisa.
Esto significa que muchos otros relatos – aun si fueron escritos antes que el libro de Moisés – son distorsiones y falsificaciones de la verdad original que Adán, Noé y sus descendientes inmediatos sabían. Los cristianos deben recordar que Satanás, en su esfuerzo de ser “como el Altísimo” (Isaías 14:14), intenta revisar la historia con distorsiones. Al hacerlo, él socava la credibilidad de la Palabra de Dios: “¿Conque Dios ha dicho?” (Génesis 3:1). Los mitos y leyendas pueden contener trozos de verdad porque son perversiones de la original. Cuando hay una contradicción entre la Biblia y otro registro histórico, la Biblia siempre tiene prioridad porque contiene la verdad final de Dios que estuvo ahí.
Cuando veas un programa de televisión o leas una revista, recuerda mantener firmes tus prioridades. Enseña a tu familia sobre la confiabilidad de la Palabra de Dios para que puedan tener una perspectiva apropiada y estén listos para cada asalto. Distorsiones sutiles y falsificaciones son peligrosas y siempre presentes, así que nosotros tenemos que mantenernos siempre firmes solamente en la Biblia. Dios tiene la autoridad final en todas las cuestiones de “secuencia y tiempo”; tenemos que confiar en Su Palabra infalible.