Él les dijo: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?". Mateo 16:15
Ninguno de nosotros necesita tener una visión personal de Napoleón, el Rey Tut o Cleopatra. Además de estar en nuestros libros de historia, no son relevantes en nuestra vida diaria. Jesús es diferente a cualquier otra figura histórica en que su vida hace 2000 años nos impacta directamente hoy, y debemos responder personalmente.
El nacimiento de Jesús provocó muchas reacciones. Los pastores lo buscaron tras el anuncio de los ángeles, Simeón y Ana lo reconocieron y alabaron a Dios en el templo. Los magos viajaron desde tierras lejanas para adorarlo, y Herodes intentó asesinarlo.
La Escritura describe no sólo a las personas que respondieron de forma correcta hacia Jesus, si no también a las personas que respondieron equivocadamente. Incluso la gente que respondió positivamente tuvo a veces una respuesta equivocada, como la multitud que quería hacer rey a Jesús por la fuerza.
Hoy en día, muchas personas quieren reconocer a Jesús como un reformador político, una persona moral, un filósofo perspicaz o un profeta justo. Sin embargo, cualquier descripción de Jesús que no incluya que es el Hijo de Dios que se encarnó para morir por los pecadores y resucitar se queda desastrosamente corta.
Sólo hay dos categorías de respuestas a Cristo.
Sólo hay dos categorías de respuestas a Cristo. En primer lugar, podemos creer que es quien dijo ser y quien las Escrituras atestiguan que es Dios Hijo, y confiar en que su muerte sacrificial pagó completamente la deuda de los pecadores, como demuestra su resurrección triunfante. Dios promete que todos los que se arrepientan y crean en Cristo se salvarán.
La otra respuesta es cualquier otra respuesta, ya sea superficialmente positiva o negativa. Habrá gente en el infierno que pensó que Jesús era un buen profeta o el pináculo de la filosofía moral. Habrá gente en la condenación eterna que pensó que Jesús fue el primer ser creado pero no Dios. Y habrá mucha gente que mentalmente asintió a la idea de que Jesús es el Señor, pero nunca tuvo ningún impacto en su vida.
Pablo nos exhorta a todos a "examinarnos a nosotros mismos para ver si estamos en la fe" (2 Corintios 13:5). ¿Cómo has respondido a Cristo? Si te has quedado corto que todos lo hacemos en alguna medida, hoy sería un buen momento para responder adecuadamente.
Preguntas para el debate/reflexión: ¿Quién crees que es Cristo? ¿Cómo ha evolucionado esa creencia a lo largo de tu vida? ¿Cómo puedes estar seguro de que tu creencia sobre Cristo es verdadera?
Sugerencia para orar: Si tus creencias sobre Cristo han sido defectuosas, arrepiéntete y pídele a Dios que te ayude a corregirlas. Agradece a Dios por haber enviado a Cristo para salvarnos del castigo por nuestros pecados.
¡Este devocional sobre las promesas de Dios desde hace 4000 años antes del nacimiento de Cristo resalta su gran amor por nosotros; al enviar a su único Hijo para ofrecer salvación a los pecadores!
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